Eviction and Migration
Vieques Struggle: A Digital Video Archive

Juan Carlos Rodríguez

María Monte Carmelo: Bueno, les puedo contar, lo primero que les voy a decir es que antes, a través de los años, cuando yo llegué aquí en el ‘63 por primera vez me sentía un poco cohibida, porque estaba en Puerto Rico, y yo decía “Caramba, ¡qué triste yo me siento que no nací en mi Puerto Rico! Que no soy 100% boricua”. Y todo eso se me quitó cuando oí la canción que dice que aunque nazcas en la luna eres boricua, entonces yo dije “Ah, bueno, ¡pues olvídese!” Yo nací en las Islas Vírgenes, en Santa Cruz, y estudié en Nueva York. Porque mi abuelo fue uno, que se fue para la isla de Santa Cruz cuando vino la defensa por primera vez en los ‘40, mi abuelo era un agricultor, y mi abuelo vivía en la parte oeste de la isla de Vieques. Entonces, mi abuelo se llamaba Ramón Velásquez, mi abuelo murió. Y mi abuelo dijo “Yo no me puedo quedar aquí, en este pedacito de tierra que ustedes me dan, porque ¿dónde yo voy a poner mi ganado? ¿Dónde yo voy a poner mis gallinas? ¿Y dónde yo voy a poner mis animales? Yo tengo ovejas, tengo cabro. No, no tengo... no puedo”. Entonces, se indignó tanto que se fue para la isla de Santa Cruz, allá estaban trayendo inmigrantes de diferentes islas a trabajar, y él se fue para allá. Allá trabajó, compró su tierra y lo que sea, y mi papá se crio allá. Mi mamá, de parte de mi mamá, los Ríos, se fueron para Juncos. Tampoco mi abuelo aceptó lo del desahucio. Era desahucio, porque desahuciaban a personas de su casa, y la sacaban y le daban $30.00 pesos a algunos, y los que no querían coger el dinero, se lo metían en el banco, para que ellos lo fueran a buscar.

Entrevistadora: ¿No les dieron tierras tampoco?

María Monte Carmelo: Les daban 24 horas para que sacaran sus casas, y sí, sí, le daban tierra acá, en el pueblo, en un área de Santa María y en un área de Monte Santo, dieron tierra para las personas. Pero si ellos estaban acostumbrados a tener cinco, seis, siete, ocho cuerdas de terreno con sus animales, venían y los ponía en un pedacito, que era el terreno de este, la casa le que quedaba casi con el techo de la otra. Era como una urbanización. Entonces, pues, mis abuelos se fueron, y por eso es que yo nací en Santa Cruz y me crié en Nueva York.