Interview Carlos Taso Zenon and Miguel Angel Reyes 2004 D
Vieques Struggle: A Digital Video Archive

Juan Carlos Rodríguez

MIGUEL ÁNGEL:
… estuve por el pueblo, ven y vota por mí. Todos lo han utilizado…

TASO ZENÓN:
Perdón, un momentito. Actualmente, hay un anuncio en la televisión, no sé si ustedes lo han visto ya…

MIGUEL ÁNGEL:
¿El de Bhatia?

TASO ZENÓN:
Aponte. Aponte… Mira, qué buena gente es Bhatia, que cuando nos cogieron presos en Vieques, él dio la cara… A Bhatia nunca lo vimos en ningún lado, pero sí, eso es parte del…

MIGUEL ÁNGEL:
Eso es parte del lucro político, ¿no? Entonces, también vienen los otros políticos que pasan factura: “Bueno, yo quiero un puesto en tal sitio, quiero tal trabajo, quiero que me acomodes en esto, quiero que me des tal contrato, porque yo estuve en la lucha contigo, yo te apoyé, acuérdate que estuvimos juntos…”. Y tal vez saben muchos secretos de esa gente.

Y el lucro económico, ¿qué podemos decir del lucro económico? El lucro económico fue bien descarado, porque yo creo que hasta el sol de hoy se está lucrando. Y entonces, se recogieron, entendemos nosotros, calculo, así la gente que no sabemos mucha matemática, ¿no?, pero estamos hablando de varios millones de dólares, de más de cinco o seis millones de pesos que se recogieron. -En pro de la lucha…

En pro de la lucha, o sea, aquí se hizo negocio con la lucha de detener el bombardeo en Vieques, al grado, al grado de que se fueron a viajar por el mundo alguna gente, supuestamente a llevar este mensaje. Pero yo veía que se iban a viajar por el mundo, pero aquí venía gente del mundo a representar sus países y a parar a la Marina con uno, y se les podía explicar cuando venían aquí. Y veías gente en campamentos que no tenían comida, pero había chavos para otras cosas. Y entonces, la lucha no fue… la cuestión económica no, no fue equitativa, porque la gente que mayormente estaba dando la cara en términos rudos, recibiendo los golpes, pues a veces no habíamos comido en dos o tres días, tú sabes, y nunca llegaba nada. Entonces, se da la situación de que se van de viaje, se compraban equipos, supuestamente para la lucha, y nunca se veían. Y entonces, a este momento, yo no sé si lo han hecho, yo dudo que lo hayan hecho, al pueblo, incluyendo a la gente que aportó económicamente para la lucha, no se le ha dado un informe económico. ¿Qué se hizo con ese dinero? ¿Dónde está lo que sobró si sobró algo? El equipo que se compró, los viajes, ¿fueron realmente para promocionar? ¿Por qué, si había un dinero y unos fondos, se tiene que hacer una colecta para pagar una multa de lo del primero de mayo? Esas organizaciones que tenían y que habían recolectado unos dineros, ¿dónde están esos chavos? ¿no eran para apoyar a los luchadores que se metían en líos? ¿quién va ayudar a la esposa y los hijos de José ahora durante esos cinco años que él va estar preso? Yo todavía no he oído, realmente, unos pasos certeros y directos para ayudar a esa señora. -Y a sus hijos…

Y a sus hijos, que se van a quedar en caída prángana, si vamos a ver. Y entonces, el lucro se dio en unos cuantos, que ahora resulta que tienen para poder hacer otras gestiones y comprar terrenos y envolverse en otras áreas del desarrollo sustentable de Vieques, donde plantean unos planes que ellos tendrían que invertir dinero de su bolsillo, pero si eran unos pelados hace dos años atrás cuando yo los vi, supuestamente eran unos pelados y ahora tienen dinero para invertir en el supuesto desarrollo sustentable de Vieques.

Entonces, se acabó la lucha, se acabó la lucha, pero ellos siguen recogiendo dinero porque hay unas cuentas todavía en la internet que están abiertas. Y hay unas cuentas de banco donde la gente sigue enviando. Y para demostrar lo que estoy diciendo, yo este… estuve hablando por casualidad con unas personas que vinieron las otras noches aquí. Ellos son de Estados Unidos, son gente como yo, gente del pueblo, común y corriente, y ellos estaban contando de cómo era que ellos recogían en el barrio unos dineros y los enviaban a unas cuentas, por ejemplo, Justicia y Paz, que Justicia y Paz tenía. Ese fue el (no se entiende) que me mencionaron antes. Y entonces ellos me dicen: “¿Y ustedes, por qué ustedes nunca tuvieron cuenta de banco?”. Porque nosotros no tenemos cuenta de banco, porque para nosotros no era el dinero. Sí, nos hacía falta, para comprar suministros y equipos, pero no podíamos perder el tiempo en eso porque no era nuestra meta, no era el lucro. Zenón sigue conchabao con los pescadores como sigue porque ellos no estaban en el lucro, ¿eh?

TASO ZENÓN:
Pescadores… vamos a aclarar “pescadores”, porque también eso se… el mismo alcalde, los otros días salió en la prensa, cuando el revolú este del desarrollador… Brambilla… -Brambilla…
Salió el alcalde diciendo que… tratando de justificar la villa pesquera porque él era “propescador”, porque los pescadores… y esto se malinterpreta, esta lucha ya no es de pescadores. Esto es bien claro. Hace años que dejó de ser de pescadores. Esta lucha fue de pescadores, genuinos, de verdad, seriamente, del 78 al 83, que detuvimos los bombardeos 38 veces. Pero después del 83, los que quedamos dando la batalla, y por eso se nos hizo tan difícil, y se le hizo más fácil a la Marina detectarnos y macetearnos a nosotros, porque entonces los que nos quedamos fueron como siete u ocho.

Yo tengo un recorte de prensa en casa, que lo vas a tener que ver, que ayer me puse a leer y encontré, venía en la lancha un día, lo vengo leyendo, y me acordé y me puse a buscar en mi archivo y lo encontré donde Ventura, manifestación de Ventura en un recorte de prensa: “Vieques no tiene más de 40 pescadores, bona fide, actualmente”. Tú estás por ahí, averíguate. Ventura dice, para julio del 2003, que Vieques tiene 400 pescadores bona fide “gracias a la Marina”. Ventura… es un recorte de prensa que tengo para ti… “Gracias a la Marina que nos estuvo dando dinero mientras hacían maniobras”. ¡Coño! De esos son los líderes que estamos hablando y que nosotros intentamos denunciar hacía tiempo para que esto no se diera, para que al pueblo de Puerto Rico no lo pillarán más de bobo, para que a ellos, que estaban aportando tantos miles y miles de dólares a esta lucha no lo siguieran cogiendo de bobos. ¿Entiendes? De eso es que estamos hablando.

Por eso, tú sabes, que mucha gente habla: “La lucha de los pescadores…”. Tenemos que tener eso bien claro. Después que mataron a David Sanes, los pescadores, la gran mayoría de los pescadores, el 90 por ciento de los pescadores no se movía en una lancha a llevar gente a los campamentos y esto que me estás escuchando muchos lo van a saber, porque ellos pasaron por esa experiencia, no se movían del muelle del pueblo si no les daban 10 dólares por cabeza. Y tenían un salario de 200 pesos semanales de parte de Justicia y Paz aparte de eso. O sea, era un lucro. Tú sabes, que no se malinterprete de que es la lucha de los pescadores. La lucha de los pescadores, de verdad, genuina, desapareció en el 1983.

MIGUEL ÁNGEL:
Cuando aquí empezaban los bombardeos, que ellos supuestamente repartieron unos dineros por las pérdidas de pesca, yo sé de mucha gente que sacó licencia de pescador nada más que para recibir ese dinero. A mí me propusieron: “Mira, ven, es tan y tan fácil, vente, si yo te llevo. Lo que tenemos que llenar es un papelito, te dan una licencia y después tú pasas por la oficina de la Marina y te dan chavos”. A ese nivel estaba el lucro aquí. -Esos son los 400 que dice Ventura, porque había enfermeras…

Había gente, que a mí me consta, que no podían montarse ni en la lancha de aquí de Vieques, porque vomitan. O sea, yo lo he visto. Y se hacía pescador. Entonces yo decía: “¡Diablos!, ustedes sí”… Entonces, la pregunta que yo me hago es: ¿Se convierte eso en un tipo de cultura donde la gente cae en esa dinámica, y ahora porque caen en esa dinámica de que el dinero fácil es lo que quiero, mirando la especulación con los terrenos y mirando lo que quieren hacer con la villa pesquera…? O sea, les están utilizando esa costumbre que les pusieron, esa conducta de buscar el dinero fácil y, por ejemplo, por eso es que pueden hacer, que vienen aquí a comprar los terrenos, con chavos en las manos para que la gente se los dé. Quieren fundar y ubicar la villa pesquera de estas personas en el área de La Esperanza, haciéndole creer a la gente: “Mira, son chavos fáciles, no tienes que matarte, es tan sencillo como permitir que se ponga esto aquí y olvídate del resto, que siempre vas a tener dinero”. Esa cultura, ¿hasta qué punto eso se ha metido, se ha incrustado en el ser de aquí? No solamente de Vieques, en todos los puertorriqueños, pero lo que estamos viviendo, yo lo estoy viviendo acá.

Y a mí me preocupa eso, porque eso nos lleva a perder, en cierta forma la esencia de seres humanos que somos, la vergüenza. Y cuando pierde la vergüenza, yo encuentro que lo pierde todo, o sea, porque ya te vendes como cualquier otro artículo de comercio, ¿no?...

PREGUNTA:
¿Tú crees que a la lucha quizás le pasó eso… -Definitivo…
que a veces la gente venía y era tan claro que venían a lucrarse, ya sea política como económicamente que a veces se facilitaba eso?

MIGUEL ÁNGEL:
Sí, sí, definitivo… O sea, aquí se preparaba, era como tú hacer un guion, este, y preparaban un escenario, y mira… -Me gusta la palabra guion, en esta lucha había un maestro de eso…
¿De teatro? Un guion, porque era: “Van a venir, fulano, zutano y mengano…” ¿Okey? Y entonces aquí hubo un momento, y yo no sé si esto tú lo llegaste a saber, donde en (no se entiende) se discutió que los populares nos querían dar chavos, porque los primeros que salían en cámara eran PDP y los PDP decían lo mismo.

Ahí es que en un momento dado entran uno o dos populares, PDP, que sabía todo el mundo qué eran, juntos, para poder mantener el flujo de “cash”, tú sabes, en las arcas, ¿ves? Y entonces, se preparaba este tipo de escenario donde, bueno: “Ustedes van a entrar por tal sitio, van a caminar a tal sitio, van a estar las cámaras en tal posición…” Y si tú no crees lo que estoy diciendo, fíjate, búscate las grabaciones de esos arrestos y verás qué hacían, cuál era la posición de los políticos, excepto algunos, como este muchacho de Chicago, este Luis, ¿verdad?, que a él no le dieron la oportunidad, a él lo tiraron y le pusieron la bota en la cara, literalmente… -Denisse Martínez…
A Luis Gutiérrez, Denisse Martínez, gente que venía a fajarse, o sea, venían del barrio de allá, donde sobrevivieron, y venían acá a lo mismo. Pero si tú te fijas en la actitud de la mayoría, o de los políticos que ahora mismo tienen posiciones en la política, y son candidatos, cuando los arrestaban, ¿cuál era la posición de ellos? Así… “mírame, estoy esposado”. Tú le mirabas las esposas y estaban sueltecitas. Si a mí me las hubieran puesto así, yo estaría feliz, porque por poco me exprimen las manos… -Porque a ti te pusieron las de metal, a ellos les pusieron las plásticas…

¿Entiendes? Entonces, esa era la conducta de ellos: “Miren, miren, ya pasé, ¿dónde están las cámaras?, que voy a retratarme…”. Ese tipo de espectáculo se dio y se dio mucho, y se preparaba el ambiente para eso. Entonces llegó un punto en que unas personas que venían con otra mente se dieron cuenta de lo que estaba pasando, y empezaron a retirarse, empezaron a quitarse, porque entendían que no se cumplía el propósito para el que ellos vinieron. Y entonces decidieron que no iban a entrar, por ejemplo, con la gente de Justicia y Paz, o que sencillamente no iban a entrar, porque no iban a hacerle el juego a los que tenían ese tipo de espectáculo montado.

Pero entonces, el lucro continuó, ¿por qué?, porque en la medida que tú tienes menos gente que alimentar, son más chavos que te sobran. De hecho, una anécdota que le pasó a la gente de Monte Carmelo que nos invitaron para visitar El Volcán en Bayamón. Creo que se llama la iglesia sin paredes, ¿verdad?, y allá íbamos a saludar al sacerdote, que creo que cumplía años y qué sé yo, y cuando nosotros llegamos me encuentro una monjita que muy, muy dicharachera ella, muy alegre, y me dice: “¿Tú eres de Monte Carmelo? -Sí… Ah, sí, sí, yo te he visto, cuando estabas recogiendo palos debajo del fuego”. Y yo digo: “Sí”. Y me dice: “¿Y qué? ¿qué les pareció el envío que les hicimos hace unas semanas?”. Y digo: “¿Envío? ¿de qué, qué nos enviaron?”. Y ella me dice: “¿Cómo que qué les enviamos?, si te estoy preguntando qué les pareció el envío de comida y artículos que les…”. Y le digo: “¿Comida y artículos? ¿a quién usted se los envió? ¿usted es la que fue a Monte Carmelo?”… “Sí, mijo, si nosotros aquí aportamos a Monte Carmelo porque sabemos las condiciones”. A mí me dio vergüenza, pero con la misma vergüenza tuve que decirle: “Pregunte a quien se lo dio, porque nosotros no lo hemos recibido”. ¿Ves? Y esa gente formó un escándalo, la iglesia de El Volcán, porque aparecieron, claro, usadas, las cosas, pero aparecieron. Las libras de café estaban a la mitad, todo estaba cortado, desfalcado, pero apareció… -¿Dónde? -En Justicia y Paz.

¿Ves? Y entonces, de vez en cuando caía una lata de, de habichuelas y ese tipo de cosas… -¿Ustedes aquí pasaron hambre? -Sí… -¿Y ustedes a veces recibían aportaciones de grupos de Puerto Rico que las destinaban a Monte Carmelo que nunca llegaron? -Ajá… la regla era que no llegaban. -La regla era que no llegaban… -Que no llegaban… la excepción era que llegara, porque lo que hacía mucha gente entonces era que venían personalmente a traerla. Los que se percataron las traían personalmente y entonces nos las ponían en las manos a nosotros. Y eso se distribuía entre los campamentos, distintos campamentos de observación que había aquí.

TASO ZENÓN:
O sea, era… los que realmente estaban dando la lucha, eh… con honestidad y seriedad y que de verdad estábamos dejando el cuero, eh… estos otros grupos, el mismo Justicia y Paz, y casi todos los grupos, Todo Puerto Rico con Vieques, que salga bien claro en esa cámara, ese no era Todo Puerto Rico con Todo Vieques, no, era Todo Puerto Rico con alguna gente. Todo Puerto Rico con Vieques siempre nos dio a nosotros, a la gente de Monte David, lo que nos dieron fueron dolores de cabeza. Campañas en contra de Monte David. Si en Monte David, la gente que empezó a abrir los ojos a la gente de la isla grande fue la gente de la UTIER, que un día llegaron directores de la UTIER a Monte David, que nunca habían ido, y dicen: “Zenón, ven acá, pero párate, párate, párate. Pero es que ustedes están en el corazón del área de tiro. Esos campamentos que nos quedan a nosotros como a seis millas de distancia al norte, si ustedes no están en el área de tiro, la Marina bombardea aquí y esos campamentos se tienen que ir. Y Rubén allá abajo, en aquel hoyo que está allá abajo. Pues, ustedes son los que están parando de verdad el bombardeo”.

Es como te dije al principio, yo soy de aquí, yo conozco, nos estamos enfrentando a la Marina por años, en el agua, en todos lados. Si sabemos dónde, dónde les duele que tú les, que tú les… te apoderes del sitio, y nosotros entendemos que era el Monte David. Ahora, ¿qué pasa?

PREGUNTA:
¿A Monte David no llegaron aportaciones de…?

TASO ZENÓN:
Ahí es donde voy. Mira, porque ahorita dijiste que si había pasado hambre. Yo no me atrevería a decir así tan categóricamente que pasamos hambre en Monte David, porque siempre se… le buscaron la vuelta y siempre hubo gente que poco, lo que fuera, lo que podía… Pues, yo creo que había mucha gente que estaba entiendo cuál era la situación, y nos traía hasta funditas de cosas, esto otro. Pero a Monte David había mucho, era donde más estudiantes iban. Y los estudiantes, casi la mayoría de los estudiantes no son gente, son gente chavada, tú sabes. Y nosotros, coño, pues, si iban a apoyarnos ahí teníamos que compartir. Yo tengo que compartirte que yo muchas veces chocaba con ellos porque yo soy muy… yo soy un viejo resabioso y muchos, no todos, muchos iban en otra onda, tú sabes… “Qué chulería esto, mira, se ve St. Thomas, se ve Culebra, se ve Santa Cruz, qué fresco hace aquí, qué vacilón…”, ese tipo de cosas. Pues llegó un momento en que, pues, chocábamos, pero la mayoría de esos jóvenes fueron a aportar sus ideas, su presencia, muchos hicieron guardia en el Monte David. Y si me llegaban 30 o 40, nosotros teníamos que… si veíamos que era cinco libras de arroz, vamos con una olla grande y hacemos una (no se entiende), aunque sea media aguadita, pero que da para todo el mundo. Todo el mundo se calienta el estómago.

Pero una ocasión que realmente yo no puedo olvidar, estábamos pasándola bien, bien chavado, estábamos bien apretados. Y entonces, para completar, la madre naturaleza no nos estaba ayudando porque se puso la mar bien bravía en esos días y apenas podían subir lanchas por el sur. Estábamos apretaditos. A Aleida Encarnación, se… o la contactaron unos agricultores, no recuerdo bien de dónde, de dónde, de un pueblo céntrico de la isla, y traen un camión lleno de, de vegetales, todo tipo de verduras. Ellos parece que recogieron en un supermercado cosas: carne, hot dogs, bueno, era un camión. Y eso empezaron a llevarlo por el norte en embarcaciones para los campamentos que estaban ahí en el norte. Nosotros somos parte de la lucha, iniciamos los campamentos. Nosotros iniciamos los campamentos en el Monte David. Fuimos los primeros. Y recuerdo los Migueles, que eran Miguel Vázquez y Miguel Villa. Suben un día de los campamentos y dicen: “Zenón, tan chavados que estamos nosotros acá arriba, date una vuelta allá a los campamentos para que tú veas una cosa”. Y estaban unos caballos allá en el Monte David, yo cogí unos caballos y fui para allá. Increíblemente, ya inclusive con un poco de moho, los paquetes de salchichas, miren gente, parece que fue no hace mucho, los paquetes de salchichas, muchos eran (no se entiende). Plátanos y guineos (no se entiende) en el agua, y al Monte David no le llevaron ni un paquetito. De eso es que estamos hablando. Y eso era lo que no querían oír la gente porque se rompía, se rompía el consenso si nosotros decíamos que estábamos pasándola mal en Monte David y había una campaña contra el Monte David porque el Monte David para (no se entiende). Primero, porque fuimos los primeros, y lo otro es porque todo el mundo se estaba dando cuenta que los que estaban de verdad parando los bombardeos éramos nosotros de Monte David, ¿entiendes?

Entonces, a este monte, que era el que estaba acá fuera del área de la Marina, que estaba haciendo su trabajo, fajándose, aquí se hacían, se hicieron… -Se refiere a Monte Carmelo… -Monte Carmelo. Eh… que hacían casetas, que se preparaban, que preparaban actividades, que la gente venía contra este monte y Monte David, era una campaña violenta en contra de nosotros. Y nosotros no éramos los enemigos, pero volvemos a la pregunta que hiciste ahorita: ¿Con quién vamos a hablar? ¿quién está dispuesto a sentarse a oír? Porque aquí hay un montón de gente, especialmente de la isla grande, que se enamora de hombres y nombres, de hombres y nombres. No importa lo malo que lo haga, pero ese es mi panita, o ese fue de mi partido en un momento dado.

Las luchas no son así. Aquí nos entramos a tiros un grupo, a tiros para acá y un grupo a tiros para allá, y puede estar mi hermano aquí, puede estar mi hermano aquí, pero mi hermano, que aprenda a defenderse, porque cuando llegue la hora de la verdad, yo tengo que estar bien pendiente al, al enemigo. Y si el hermano mío que está aquí no está haciendo su trabajo, le digo: “Mira, vete para tu casa, pero aquí no viene a echarnos la marrana, porque esta es una lucha seria, honesta, y tenemos al enemigo ahí y a ese es que hay que apartar. No es que pelees contra mí, no me hagas la vida difícil. No me hagas la vida imposible”.

Yo les decía a líderes en Puerto Rico, muchos líderes: “Miren gente, que no trabajen conmigo, porque mis estilos de trabajo son bien distintos. Son bien distintos. Y yo tampoco puedo pensar, ni, ni, ni siquiera imaginarme que alguien que no sepa montarse en una lancha y mucho menos que ni siquiera sepa nadar, se monte en una lancha conmigo para ir a parar un bombardeo, porque si no lo sabes, vas a interrumpirme, a molestarme, a entorpecer mi trabajo”. Yo no pretendo eso, pero pretendo que si yo sé hacerlo y una gente que no sabe hacerlo no me, no me moleste. Déjame hacer mi trabajo. Y tú haces el tuyo. A lo mejor en un momento dado tú tienes problemas con el tuyo, que yo no seré gran cosa en tierra, pues, mira a mí en tierra no me gusta hacer desobediencia civil, porque por tierra yo nunca voy a llegar al área de bombardeo. La experiencia me dice que tú siempre… si llegas por tierra al área de bombardeo, pues tardas dos horas, tres horas. ¿Por qué? Porque tú tienes que caminar, y tú no puedes caminar por la carretera porque te van a coger preso seguido. Tienes que romper monte. ¿Y cuántos galones, botellas de agua tú te puedes llevar? Cuando llegas allá ya te vas a casi haber tomado todo. ¿Cuánta comida puedes llevar? ¿Entiendes? ¿Cuántos suministros para mantenerte ahí arriba? O sea, alguna gente lo hicieron. Y alguna gente nosotros ayudamos porque de verdad que fueron a mi casa, nos sentamos en la sala, que te dije que vamos un día de estos para que veas cómo era la situación. Nos sentábamos en la sala y empezábamos a buscar mapas y esto y lo otro. Porque tampoco para nosotros no era ningún “vente tú”. Como venir alguien y decir: “Mira, vete tú, coge a Shanton de Nueva York, que viene en la lancha por la mañana, vete, recógetelo, que a las 3 de la tarde lo tenemos que meter frente al (no se entiende) allá para que lo cojan”.

Esa no era nuestra lucha. Esa no es la forma de nosotros luchar. Lo de nosotros era bien planificado. Que la gente de (no se entiende), alguna gente llegaron a estar en el área de bombardeo y estuvieron un par de días. Ellos hacían sus esfuerzos, muchos de ellos venían, tres o cuatro, y estaban un día, dos días, cargando agua, escondidos de ahí para arriba. -Se hacían oasis… -Hacían oasis, y en muchas ocasiones iban a nuestra casa y nosotros les decíamos dónde teníamos nuestros oasis, que los llevábamos en lancha.

Mira, ahora mismo estamos hablando, nosotros estuvimos en Monte David hace dos semanas. Dos semanas. ¡Sin permiso! De hecho, yo lo estoy publicando ahora en El Nuevo Día, en el último Claridad, está, está ahí. Sin permiso. No hicimos como esta gente, que para ir a hacer una marchita allá a (no se entiende) tuvieron que pedir permiso. Nosotros fuimos al Monte David hace dos semanas. Sin permiso. Y llegaron allí los federales, ¿entiendes?, pero ellos llegaron y entendieron que los que estábamos ahí no íbamos a comer (no se entiende) con ellos. No íbamos a golpear a nadie. Yo le dije a Cancel Miranda: “Si me dan una galleta y no me sacan fuera de combate, tú prepárate porque (no se entiende)”. Eso de los tiempos de que ponga el otro cachete, esos son embustes, ¿entiendes? Ellos no hicieron absolutamente nada, y cuando fuimos arriba nos dio con chequear, porque ya habían ido unos compañeros de la isla grande, que también eran de los que se chavaban en Monte David, y habían ido dos o tres días antes de nosotros y nos dijeron: “Mira, el campamento de nosotros está intacto”. Nosotros habíamos hecho otro campamento aparte, dentro del área, adentro del monte, donde están las bombas, y nos dijeron: “Está intacto, hasta el agua está allí”. El agua ya no sirve, pero todavía quedan 22 cajas de agua. O sea, nosotros no llevamos un galoncito, nosotros planificábamos para hacer el trabajo como había que hacerlo. Porque si había que estar un mes, íbamos a estar un mes.

Pero la campaña en contra de los que realmente estaban dando la lucha, el resto del pueblo de Puerto Rico, casi todo el pueblo lo sabe. Conoce. Ellos vieron cuando estábamos en Monte David, lo aislados que nosotros estábamos de todo el mundo, y nosotros no recibíamos ayuda de nadie. En un momento dado fue Che Paralitici, fue Cancel Miranda, fueron como ocho o nueve líderes de la isla grande, casi ya a finales de los campamentos, a preguntar qué necesitábamos en el Monte David. Allí se encontraron con el hijo mío mayor, porque yo no estaba en ese momento, habíamos cogido turnos, porque después me lo confesó el propio Cancel Miranda. Cuando llegaron, ellos dicen: “¿En qué les podemos ayudar?”. Ocho o nueve líderes. “No, a ver qué necesita Monte David”, que esto que lo otro… El hijo mío en eso tenía 20 años. Les dijo: “Miren, gente, nosotros no necesitamos nada”. No había tantas cosas en las alacenitas, pero el hijo mío les dijo “no necesitamos nada; lo único que nosotros necesitamos de ustedes es que nos respeten. Nosotros necesitamos respeto, que es lo que ustedes no nos tienen a nosotros. Nada más necesitamos”. Se tuvieron que marchar de ahí. Pero esa siempre fue la situación, y ha sido la situación contra los que realmente no estábamos pendientes ni de las cámaras de televisión, no estábamos pendientes a cuántos chavos vienen de ahí para acá. Estamos siempre dispuestos a ser la rueda de abajo, y eso, nosotros somos felices y contentos. Después que podamos hacer el trabajo que hay que hacer para liberar a Vieques de este aparato, del aparato federal y militar, y por ende, coger a Vieques como ejemplo y seguir por ahí para abajo arrollándolos hasta Cabo Rojo y tirarlos al agua y librar este país de toda esa calaña que nos está matando.

MIGUEL ÁNGEL:
Mira, Taso, en esta cuestión de los lucros, de los distintos lucros que hay y de los llamados consensos, no sé si tú te fijaste también en una situación que se dio aquí, y es el hecho de que esto se convirtió en una moda. Yo recuerdo cuando se hizo el… el supuesto descubrimiento de las carpetas, allá para la década del 80, por lo del Cerro Maravilla, cosa que nosotros veníamos denunciando, por lo menos los que sabíamos que estábamos siendo perseguidos y acosados, sabíamos que nos estaban carpeteando y nos decían que éramos paranoicos.

Yo conozco gente, que por no avergonzarlos no voy a decir sus nombres, que yo vi, cuando salió lo de las carpetas, cabizbajos, porque no tenían carpeta, o sea, fue un trauma para ellos el no tener… “Pero, ¿cómo es posible que a mí no me haya carpeteado?”, me lo decían líderes que ahora están bien duros supuestamente en la lucha, ¿no? Y no los habían carpeteado, y a un infeliz como yo, desde séptimo grado tengo una carpeta. “¿Cómo es posible que te carpetearan y a mí no?”… “Bueno, no sé, tal vez tú no hacías las cosas que yo hacía, en que me metía cuando chamaco”… pero se convirtió en una moda.

Cuando se dio la cuestión de la desobediencia civil en Vieques, o nosotros, era obedeciendo nuestra conciencia, porque eso no fue desobediencia… Pues, la gente venía nada más que para después decir: “Yo estuve… preso”.

TASO ZENÓN:
Se comían un pedazo de pescado y dos arepas y… “yo hice lucha”…

MIGUEL ÁNGEL:
De hecho, y el Congreso Nacional hizo una especie de actividad en Carolina, creo que fue, este… donde se entregaron unos certificados. Yo fui invitado, no sabía para qué era y yo tengo un certificado de que estuve… preso. Me lo entregó el Congreso, lo tengo por ahí o lo tengo por acá o no sé dónde está, pero me lo dieron.

Sin embargo, en la cuestión del lucro, es bien fácil tú lograr esto con la protesta. Cuando tú te encuentras algo donde envolver que hay algún tipo de protesta, automáticamente tú puedes abrir una cuenta y reclamar fondos: “Mira, necesitamos chavos porque está esta protesta, hay que llevarla a tal sitio, hay que hacer tanta promoción, hay que mover al pueblo…”. Pero cuando hay una propuesta, que la propuesta lo que implica es compromiso real, es tú arrollarte las mangas, como decía mi papá y, como dicen los pescadores: “Si quieres pescado, mojarte el culo”. Entonces, es que… “Ah, espera, deja ver dónde hay otra protesta para yo irme a protestar porque esta propuesta está del carajo”. Aquí esto me involucra, aquí yo me tengo que comprometer, aquí yo no puedo estar con dónde voy a sacar chavos ni nada porque no es una cosa que deje dinero. Señores, cuando usted realmente quiere hacer algo por su país, difícilmente, difícilmente se pueda lucrar. Porque si usted trabaja con su gente, para su gente, y lo ingrato que es muchas veces, difícilmente usted pueda lucrarse, porque no va a… si realmente está trabajando no tiene tiempo ni de pensar en los jodidos chavos. Tiene que venir alguien y decirte: “Mira, mano, toma y come algo, porque…”, “Es que se me olvidó, estoy bien envuelto en esto”, ¿ves? Entonces tú vas con la propuesta, involucras gente, y los que se dicen ser comprometidos, ahí es que (no se entiende). ¿Por qué? Porque eso no requiere… algunos, ¿cuánto es lo que yo voy a sacar? es lo que se preguntan, ¿cuánto me va a dejar de dinero eso?, ¿podré devengar el sueldo que devengaba como protestante? ¿podrán estar las cámaras? Porque en las cámaras se ven sangre, palos, lo que ellos llaman acción real.

Entonces, pues, nosotros tenemos que tener la diferenciación, hacer la diferencia entre si hay protestas, por qué se protesta, porque eso es lo que deja chavos, y venir con la propuesta. Y la propuesta de Zenón y este servidor de Monte Carmelo, pues, no deja chavos, pero es una propuesta de que tenemos primero que coger las cosas con calma. Aquí no podemos permitir que se nos atosigue. Todo, un montón de cosas, porque vamos, vamos al grano: ¿dónde están los chavos? ¿cuántos chavos dicen que se han metido en Vieques ya? -Muchacho, da miedo…
Millones, ¿y dónde están?...

PREGUNTA:
¿Ha dañado el ambiente la misma transacción de chavos…?

MIGUEL ÁNGEL:
Exacto, y mira, ¿y por qué sigue el desempleo en un sesenta y pico por ciento?, si aquí se metieron chavos. ¿Dónde están las obras que supuestamente se hicieron? ¿eh? ¿quiénes pusieron esos postes? Fue (no se entiende). No fue siquiera Energía Eléctrica. Aquí en Monte Carmelo fue (no se entiende), que es una empresa privada, y tuvo que pedirnos permiso a nosotros, y cuando Carmelo les dio el permiso, entonces se pusieron. Pero no fue siquiera Energía Eléctrica. No fueron trabajadores del Estado. Fue una compañía privada. Que hay trabajadores puertorriqueños que se ganan los chavos, pero señores, aquí en Vieques hay gente que podía (no se entiende) y ganarse esos chavos. Aquí se le podrían (no se entiende) a los viequenses, no había que traerlos de Borikén.

PREGUNTA:
A mí incluso me trajeron a colación, y perdonando esta breve interrupción, el hecho de que las camisetas de la lucha, que habían dos jóvenes que hacían camisetas en Vieques, y que a ellos nunca se les asignó la creación de camisetas porque aparentemente en isla grande se hacían, se abarataban los costos y demás… -Eso es verdad….
Y los jóvenes estaban comiéndose un cable… -Eso es correcto, eso es verdad… Eso es cierto.

MIGUEL ÁNGEL:
Y no solo eso. Se traían para obsequiarlas y se vendían… o sea, las traían a montón por chavo, para darlas.

TASO ZENÓN:
Igual que cuando venían estos grupos, muchos grupos, y hacíamos almuerzos ahí en Justicia y Paz, los almuerzos los cobraban. -Sí, señor…
Los cobraban… -Había un pote ahí para que tú tiraras chavos…
Tira ahí lo que tú creas, ¿entiendes? Si son gente como yo, se chavan, porque yo, por lo que sea, a mí, eh… que quizás esto no tenga que ver mucho con la cuestión de la lucha, pero como un ejemplo: a mí alguien me hace un trabajo, me dice: “dame lo que tú creas”, y ahí siempre el que sale chavado soy yo, porque yo pienso que si le doy una tontería, como que le estoy haciendo trampa. O es para pensar: “Coño, qué duro es este tipo”, tú sabes, y como que siempre me mando un poquito. Y a mucha gente de esta, posiblemente con el platito, a lo mejor eran dos arepas y un canto de pescado por tres o cuatro dólares, el tipo puso diez en el potecito, tú sabes. Pero… pero te traigo esto porque… aparte de los muchos dineros que se recibieron, también en ocasiones convirtieron aquello en un negocio.

MIGUEL ÁNGEL:
Definitivo. Y, y eso es, es parte de la problemática, ¿no? Entonces…

PREGUNTA:
¿Ustedes creen que, por ejemplo, la situación de, de mercadear con la lucha, de, de… de hacerla un poco, de que tuviera la estructura de un negocio, eso puede ser a veces una estrategia política, a veces, una estrategia de mercadeo, pero creen que eso alejó gente y ahora hay cierta desconfianza del pueblo?

MIGUEL ÁNGEL:
Yo entiendo que sí. Yo no sé lo que tú opinas, pero yo entiendo que definitivamente esa… la gente es ciega, primero que nada. La gente se percata de las cosas y ve ciertas conductas…

TASO ZENÓN:
Y esto es tan pequeño, donde todo el mundo se conoce…

MIGUEL ÁNGEL:
O sea, aquí la gente se dio cuenta de cuál era la situación, de cuál era el movimiento, eh, y sí yo entiendo que alejó a mucha gente y mucha gente que entiendo yo son importantes, porque aunque no sean tal vez personajes de alta alcurnia, son Juan (no se entiende) como yo, son la gente que hace falta para realmente reconstruir a Vieques. Son Pancho, el que vive en la esquina, el que tumba los palos para hacer carbón, ¿ves?, un Güiro, un Marcial, que hace falta también para que ayude a reconstruir a Vieques.

Ese tipo de personas se fue alejando, primero porque vieron que no tenían los chavos para aportar. Segundo, porque ahí entra una cosa que hasta yo me la he querido negar, y es la lucha de clases. Eso fue, eso es clasista. Esto iba a ser clasista, donde los que llegaban eran, qué sé yo, el título que tuvieran, (no se entiende) abogados. Hay abogados que se fajaron en esta lucha, me consta. -Sí, señor.
Sí, señor, que se entregaron totalmente. Hay otros que a lo que vinieron fue a otra cosa, ¿ves? Entonces, estaban los doctores, estaban qué sé yo, tanto profesional, pero no se podían mezclar, era como que tenían una capa, una barrera donde no existía ya una mezcla con la gente del pueblo y donde ellos entendían que para ellos poder tener una conversación inteligente, pues, era con gente de su nivel.

Y no solo eso, en los grupos que hubo entrada… -Ese es un tema importante, ¿sabes? Yo pasé por esa experiencia.
En los grupos que hubo entrada, que si tú te ponías a mirar, tú veías el grupo de profesionales, los profesionales se agrupaban y los que entraban a los profesionales, la gente del pueblo, como que se agrupaban. Eran dos grupos, aunque supuestamente era uno. Eran dos clases, eran los muchachones y los muchachitos. Y entonces, eso se dio durante todo el proceso, y cuando tú te planteas el proceso de discusión, como cuando yo estuve representando a Monte Carmelo en la llamada Alianza, que Dámaso era el portavoz, ¿recuerdas esa organización, verdad? Pues yo, lo que yo decía realmente no era válido, porque primero que soy Miguel Ángel, tú sabes, el tipo que… y además es de Monte Carmelo, pero todavía. Pero lo que ellos no saben es que yo viví un desahucio, en Borikén, en la década del 60, cuando fueron a hacer el Expreso de las Américas, a nosotros nos tumbaron las casas encima. Nosotros sabemos lo que es que te empuje un guardia y que te levante así y te ponga fuera de tu casa. Esa fue la comunidad de Fanguito, en la 22 abajo, en el caño Martín Peña, la destrozaron completamente, y ahora están haciendo unas cosas ahí para los ricachos, ¿ves? Y el caño lo van a hacer para que pasee la gente, porque ahora es un sitio ecológico. Y yo recuerdo que nosotros cogíamos las (no se entiende) y había que soltarlas porque si tú las cogías chiquitas después no se reproducían y si cogías un (no se entiende) que no te llenaba un plato, entonces tenías que obligado soltarlo, si no (no se entiende) no reproducían. Y no nos habían enseñado eso, ahora que lo están diciendo, nosotros sabíamos eso por, por instinto y porque el pescador le enseñaba al chamaquito, era el pescador, ¿te fijas?

Y entonces, la situación que se da, en términos de clase, se marca incluso en los grupos en las cárceles, donde una clase estaban juntos y comían juntos y la otra clase comíamos en otra parte, ¿te fijas? Y eso se lleva a tal extremo, que por desgracia se da, Zenón, de que… tenían que dirigir los de la clase alta. No importa que tú supieses, ¿por dónde rayos vas a meterte para que las lanchas de la Marina se encallaran? No importa que yo supiera por dónde estaban los (no se entiende) mejores para que aquel día viniera (no se entiende)… No, si venía un tipo que tenía tal título y sabía más que yo porque tenía más título, había que hacer lo que esas personas decían. Es lo que está, lo que ellos llamaban “políticamente correcto”, que eso es otra cosa que habría que discutir. Qué es tal “políticamente correcto”. Eran las alianzas que se hicieron, que en nada ayudaron a Vieques. Mira, seguimos igual o peor.

Lo único que ha variado aquí, insisto, es que no hay bombas explotando allí. Es la única diferencia. No ha ocurrido nada más, ¿ves? Donde están supuestamente arreglando el rompeolas, pero ya si tú leíste el periódico de cuatro o cinco días atrás, el Primera Hora, ya Disney está pensando, supuestamente, en traer un crucero dizque para visitarnos. (No se entiende) ellos tienen una propuesta para la base de Ceiba y acá para el rompeolas, que es de hondo calado. Que se dejen de cosas. La pregunta es: ¿Dónde están los que dicen que defienden los intereses del pueblo? Los sabios, los preparados, los que tienen las técnicas, ¿dónde están? ¿con quién vas tú a discutir esto? Nos quedaremos tú y yo siempre pensando y discutiendo esto aquí, para tratar de llevárselo a la gente, y no seguir andando a palos, porque el problema es ese. Que uno trata de llevarle esto a la gente y que ponen trabas.

TASO ZENÓN:
Lo que pasa, fíjate, yo creo, anoche estaba discutiendo eso con… porque esto, como que se ha convertido en una cultura, la discusión sobre la problemática. Está tan arraigado en nuestra isla ese problema que, que lo discute ya prácticamente todo el mundo. Y anoche había una gente visitándome en casa y salió eso así, espontáneo. -Siempre sale…
“Zenón, ¿qué está pasando?”. Y empezaron con el muchacho que está anunciando la actividad. Yo creo que esta persona fue, supuestamente para visitarme, y yo creo que fue para oír qué yo creía sobre eso. Fíjate, fíjate, cosas que… un individuo que… nos conocemos, pero normalmente no es de los que va a mi casa tan frecuente, o sea, frecuentemente. Yo creo que la última vez que fue a casa hacía como un año, ¿entiendes?, y apareció anoche en casa. Y entramos a la conversación y… me preguntó rápido: “Zenón, oí algo por ahí, ¿tú oíste lo mismo que yo oí?”. Y yo le dije: “Sí, yo oí a Millito de Milibí anunciando, auspiciando la actividad de Pesca y Vida Silvestre”. Me dijo: “Eso mismo…”. Fíjate que ahora estoy usando la palabra “traición” porque esa fue la palabra que él utilizó en casa. Me dijo: “Zenón, eso es una traición”…

Pues, está la cosa que mucha gente, pues ya lo está trayendo, ¿y qué pasa con esto? Yo creo, y espero que lo discutamos ahora que está aquí Miguel. Yo tengo una opinión muy personal. En algún momento lo vamos a tener que discutir. Este… porque nosotros ahora estamos en… tú y yo estamos en peligro de extinción. Fíjate, ¿por qué estamos en peligro de extinción? Si nosotros nos callamos ahora, ya todos estos grupos saben que nosotros sabemos lo que está pasando. Callar ahora nos convierte no solo en cómplices silentes, sino que también ellos se van a seguir aprovechando del silencio y cuando queramos de verdad hacer algo, como que va a ser creo un poco tarde.

Yo creo que a este pueblo ya hay que ir llevándole el mensaje, gente que estuvimos en esta lucha, que sabe el pueblo que estuvimos genuinamente, nosotros haciendo la denuncia: está pasando esto, está pasando esto, está pasando esto. Eh… porque yo no quiero que de aquí a seis meses alguien… yo diga algo y me diga: “Si tú sabías lo que estaba pasando, ¿por qué no lo dijiste antes?”, ¿entiendes?, ¿por qué no lo dijiste antes? Yo creo que podemos recoger… Eh… yo no creo que todo está perdido. Yo creo, repito, una opinión muy personal mía, yo ya esto lo he empezado a hacer, porque yo no tengo problemas con esto, yo no tengo ningún tipo de miedo. Esto lo puedes editar, pero mi mamá decía que el miedo es un bulto y el que lo cargaba es un pendejo. Yo siempre seguí ese consejo de la vieja carbonera. Siempre ella lo decía. Y yo creo que nosotros le estamos haciendo daño al pueblo, en no decirle al, al país, al pueblo, eh, lo que está pasando.

A lo mejor esto, eh… a lo mejor esto, eh… puede que cree algún tipo de discusión. Ojalá que haya gente que se interese, de verdad, gente genuina que diga: “Coño, vamos a oír esto, vamos a ver qué está pasando”, ¿entiendes?, y nosotros sentarnos con ellos con la evidencia, porque tampoco, por lo menos en la parte de nosotros, eh, la evidencia está. Si yo te digo ahora mismo que Roberto Rabin, que la Alianza de Mujeres, que toda esta gente, mira, Milibí, que esa nena se tiene que estar revolcando en la tumba, ¿entiendes?, el mundo entero, prácticamente, porque la foto de Milibí recorrió el mundo, como la de Isabel Rosado, cuando la atropelló la señora de la Marina. Y que ahora la persona que dirige a Milibí, que lloraba cuando se hablaba de Milibí, del programa de Milibí, que lloraba cuando fue a ver a Milibí en muchas ocasiones, ya con todos los chichones del cáncer, y que ahora esté auspiciando una actividad de Pesca y Vida Silvestre… Si es el mismo perro con diferente collar. Es la misma Marina con un uniforme distinto. Está contaminado, están controlando, y nos están estrangulando. Y que esté auspiciando esto… este… mira, yo creo que esto ya es una cosa terrible.

Entonces, ¿qué pasa? Cuando decimos que tenemos la evidencia y nos podemos sentar a discutir con los grupos que sean, nosotros tenemos evidencia de que Roberto Rabin y el alcalde de Vieques están coqueteando. En el pueblo mío, acá en Vieques, en el argot callejero, eso se llama estarse dando la lengua. Entonces, ¿qué pasa? Justicia y Paz. Tenemos la evidencia, no estamos aquí hablando por hablar, ni estamos sacando los argumentos de los bolsillos. Justicia y Paz: acaba de pasar una resolución, la asamblea municipal, una orden del alcalde, Dámaso Serrano, de que le aprobaron 1.500 dólares mensuales para pagarle la renta a la casa donde están la gente de Justicia y Paz, perdón, de Alianza de Mujeres. Que ahora le vamos a tener que cambiar el nombre, Miguel Ángel… -¿Cuál tú sugieres?
Yo sugiero que ya es la Alianza de las Mujeres Populares… -Ah, bueno, hay que ponerle un apellido, eh…
Es la cosa, porque, mira esa resolución yo la tengo. Y no se conformaron con aprobarles 1.500 dólares mensuales. Le dieron un retroactivo a seis meses, que son 7.000 pesos. Esto, ¿por qué?, ¿por qué? Pero ahora, cuando el alcalde hace una actividad, eh, fiesta o cualquier cosa, en muchas ocasiones yo he visto a un muchacho que se llama (no se entiende). Por ahí casi nadie en Puerto Rico lo conoce, pero en Vieques cuando hay cualquier cosita, él sale gritando y sale en la prensa un (no se entiende) bien grandote de él. Pues nada, el alcalde, por medio del Departamento de Cultura, le consiguieron unos 60.000 dólares, para que empezar dizque la siembra de unas palmas, estas… -Ay, mi madre…
¿Entiendes? Ahora, ¿qué pasa? Este muchacho y Judith Conde son las personas… ¿cómo se llama esto cuando…? Los moderadores de las actividades del alcalde, en muchas de ellas, no en todas, pero en muchas. Yo lo he visto personalmente. ¿Entiendes? Entonces, ¿cómo tú compaginas eso? O sea, ellos quizás se estaban amparando, sabiendo cuál es la situación… De Fajardo para allá, si se dice algo, para los efectos del alcalde es una de las vacas sagradas que no se pueden tocar, porque eso es desobediencia civil. El alcalde hizo desobediencia civil porque lo bajaron por el pelo y lo llevaron allá arriba, pero él estuvo casi a punto de cruzar la verja ahí también y levantar las manos. Lo que pasa es que fue a casa y yo le dije: (no se entiende).

¿Entiendes? Esa es una de las razones también por las que yo sé que mucha gente no se acercaba mucho a Zenón y su grupo, porque Zenón y su grupo cogen las embarcaciones de la orilla de la playa La Esperanza, y si tú llegas por ahí y me ríes las gracias, yo te meto de cabeza en esa lancha y vas para allá arriba. -Eso es así…
¿Entiendes? Y para que yo no te meta de cabeza ahí arriba, mejor tú te mantienes así: “No, no yo con Zenón no, yo me mantengo lejos de Zenón…” Porque a Zenón tú no le vas a romper el diente cuando está preparado, que es un hombre totalmente distinto al que está hablando ahora, cuando… porque hasta mis hijos a veces dicen: “Viejo, tranquilo”. Porque yo cambio totalmente. Dos o tres horas antes de yo montarme en esa lancha e ir a retar, mi mente está ahí, en que voy a retar, en que voy a meterle mano al enemigo. ¿Entiendes? Y que a ese enemigo no se le pueden reír las gracias.

Y si tú vas por el área de la Asociación, dicen: “Zenón, que si esto, si lo otro, yo soy de San Juan, yo soy de dónde sea…” y yo te pregunto: “¿A qué tú vienes?”… “Bueno, por ahí, a ver qué se puede hacer”… “Bueno, yo sé que se puede hacer: montarnos en una lancha ahí de cabeza y vamos a parar el bombardeo”. Y eso a muchos no les gusta, porque ese es trabajo duro. Ese trabajo, hay que chavarse. Y ese trabajo tiene unos riesgos grandes. Pero, y de esos riesgos grandes, ese trabajo es demasiado, demasiado de importante y de efectivo, de efectivo.

Otro ejemplo más que te voy a poner ligerito aquí. Cuando se va a dar el segundo referéndum. Yo no sé si tú te acuerdas la… pendejada del segundo referéndum. Eso tú lo editas. Eh… aquí celebramos un referéndum y le dimos una paliza a la Marina. Eso lo sabe todo el mundo. Y de momento, a la gobernadora de este país se le mete en la cabeza que hay que realizar un segundo referéndum. Pero si ganamos ya un referéndum, ¿por qué hay que hacer un segundo referéndum? Pero cuando se va a realizar el segundo referéndum, meses antes, ya la Marina estaba regalando por ahí, con el candidato Sánchez, que está por ahí en la carretera, regalando neveras, regalando estufas, estaban comprando la conciencia del pueblo, ¿eh? Ya estaban dándoles chavos a los pescadores para que fueran allá arriba, para que fueran para las maniobras. Ya estaban en una campaña, pero increíble, de muchos chavos.

La gobernadora viene a Vieques a la plaza pública, habla ahí, nos invita, porque a mí, que fui invitado también con el grupo de los líderes de Vieques, a la casa de Dámaso Serrano, a discutir sobre el referéndum. Yo, personalmente, le dije: “Mire, doña Sila…” porque siempre he tenido ese problema, yo no puedo decirle “gobernadora”, yo le digo “mire, señora”. Y eso no es ningún pecado, porque yo se lo digo con respeto: “Nosotros no podemos ir a un segundo referéndum…”, “¿Cómo así, Zenón?”, que si esto si lo otro… Allí estaban todos los líderes en la casa de Dámaso Serrano. Que dicho sea de paso, la gobernadora, fuimos con Dámaso Serrano porque ella no quería tener la reunión en la plaza porque estaba toda la prensa aquí. A mí se me acercó Annette, que es del Canal 6: “Zenón, ¿qué va a pasar…?”. Y yo le dije, porque yo sabía lo que estaba pasando, le dije: “Annette, avísales a los demás muchachos de la prensa que vamos para la casa de Dámaso Serrano a la una de la tarde, calladita”. Y cuando estábamos llegando a la reunión allá, apareció toda la prensa, cuando estábamos en casa de Dámaso Serrano. Y ella dice: “Pero, ¿qué es esto?, ¿qué es esto?”, la gobernadora, “¿qué está pasando?”, porque ella no quería que se supiera el chanchullo que nos quería meter. Pues, ahí empezó, y yo le dije: “No, señora, no podemos ir a este referéndum. Nosotros en el último referéndum gastamos la suelita de las últimas chancletas que teníamos, caminando para arriba y para abajo por el pueblo de Vieques, haciendo campaña para ganar el referéndum. En un segundo referéndum no tenemos cinco centavos. El gobierno no nos ha dado absolutamente nada…” -Y la Marina ya estaba comprando…
Y la Marina ya estaba en campaña brutal… -Al palo…
Al palo… Bueno, tan es así, ahí tú tienes a (no se entiende) que le puedes hacer preguntas, que ahora es de eso de la campaña de Rosselló. Cuando (no se entiende) estaba en la junta estatal de elecciones, y cuando vinieron que nos reunimos en (no se entiende), tú estuviste en esa reunión, yo le dije: “Un momentito. Los símbolos hay que cambiarlos”… “No, Zenón…”, que esto que lo otro… “Los símbolos hay que cambiarlos. Ya la gente de la Marina sabe cuál es el signo que les toca a ellos”.

Mira, eso fue así. Cuando llegó la junta estatal de elecciones, ya la Marina, la gente de la Marina sabía cuál era el símbolo que le tocaba. Y cuando yo le dije a (no se entiende): “Eso hay que cambiarlo”… “No, que esto que lo otro…” Entonces yo le expliqué qué era lo que estaba pasando, y él dice: “Caramba, entonces quiere decir que alguien filtró la noticia”. Yo le dije: “Pero que filtró ni que, eso no tiene (no se entiende)”, delante de todo el mundo, para que él se preocupara de que en el boleo había algún tipo de truco para que les salga a ellos el mismo símbolo que ya están en campaña con este símbolo, regalando chavos y regalando neveras y regalando estufas y todo. Entonces yo le dije: “Mira, hay que cambiarlo”. Pues le dije esto en casa de Dámaso a la gobernadora… “No, Zenón, la información que yo tengo…” Aquí volvemos a la gente de la isla grande o la gente que vivimos aquí. “La información que yo tengo”, decía ella, “es que le vamos a dar una pena”. Yo le dije: “La información que usted tiene es incorrecta. Quién se la llevó, yo desconozco. La información que yo tengo es que la Marina le está comprando la conciencia de este pueblo ya. Y que nosotros no tenemos cinco centavos para hacer ningún tipo de campaña”.

Pues, ¿qué alternativa hay para parar el referéndum?, porque es la gobernadora, que convenció a todos los líderes de Vieques, mira los convenció a todos… menos a Carlos Zenón. Yo le dije: “No, yo no creo en esto”. De hecho, cuando ella está casi terminando, yo cogí ese jeep viejo que ustedes ven blanco ahí, y me fui, me salí poco a poco de la reunión, no di chance a la prensa que me llamara, porque yo no quería estar frente a la prensa, yo estaba tan molesto que yo no quería saber de nada. Yo quería llegar a casa y darme un baño con agua fría para quitarme el coraje que tenía. Y me escapé por una calle por la parte de atrás y me vine para mi casa. A los dos o tres días, la gobernadora pide una reunión en Fortaleza. Quizás tú no lo sepas, pero mucha gente cuando diga esto se va a acordar. Nos reunimos en el Fortín. En el Fortín se preparó una estrategia que supuestamente íbamos a utilizar con ella, pero antes de ir a la Fortaleza había que pararle el segundo referéndum. ¿Cómo había que pararlo? Y de esto, quizás tú viste, si no, pregunta. Me llaman el licenciado José Juan Nazario y el licenciado Fermín (no se entiende). Me dicen: “Zenón…”, porque yo les traje la preocupación a ellos también. Y ellos la tenían ya. De que en el segundo referéndum nos daban una paliza. Que si se da, la Marina todavía estuviera aquí. Porque si ganaba el segundo referéndum, la Marina estuviera aquí. -A perpetuidad…

A perpetuidad. Entonces, yo me… me dijeron: “Zenón, ese referéndum hay que pararlo”. Yo les dije: “¿Cómo, qué, qué ustedes sugieren…?, porque la verdad que yo no tengo idea. Aquí la que está empujando es la gobernadora y ya convenció a los líderes de
Vieques”. Me dijeron: “Bueno, nosotros lo que podemos hacer es…”. Volvemos a la cuestión de los chavos. No hay chavos. Justicia y Paz los tenía todos, pero no están dispuestos a ponerlos para esto. Me dicen: “Zenón, no hay chavos. Vamos a ver lo que podemos hacer. Lo que necesitamos son alguien que esté dispuesto a ir al tribunal y poner un injunction para parar el referéndum. Un interdicto”. Le digo: “Yo”. Entonces me puse yo, se consiguieron dos o tres personas más, pusimos el injunction, se paró el referéndum, la gobernadora apeló al Supremo, y claro, el… el gordo este… Andreu… -Sí, Andreu García…
Sí, pues, favoreció a la gobernadora, pero ya el bochorno, porque salió en toda la prensa del país, que se había parado, el bochorno de la Marina fue tan grande que la Marina fue que determinó: “Mira, no vamos a ningún referéndum”. No fue la gobernadora. Pero con todo y eso la gobernadora pidió una reunión en Fortaleza. Y fuimos todos los líderes. En el Fortín, con Roberto Rabin y la gente se discutió qué íbamos a decir cada cual. A mí nunca se me olvida que a mí me tocó el argumento número 6, que era decirle a la gobernadora: “Mire, para que la Marina acabe de salir, para que la Marina, este, descontamine, para que el gobierno haga contacto con la gente en Washington, y empiece a cabildear allá, porque tenemos que empezar a hablar de descontaminar inmediatamente”, eso me tocaba a mí.

PREGUNTA:
¿Qué líderes estaban ahí en esa reunión?

TASO ZENÓN:
Los tengo a todos apuntados en casa. Estaba el Padre Nelson, que no es líder, ese vino a trabajar para la Marina. Estaba Juan Fernández, que es el comisionado. Estaba el subcomisionado, Radamés Tirado. Estaba Judith Conde, estaba Miriam Sobá, estaba Ismael Guadalupe, estaba Carlos Prieto Ventura, eh… -Rabin…
Rabin…

PREGUNTA:
Y en ese tiempo, había conversaciones, más o menos, digamos, fluidas, entre todos los líderes…

TASO ZENÓN:
Sí, si te dije que la noche antes de pasar donde la gobernadora estuvimos todos reunidos en el Fortín, discutiendo qué íbamos a discutir con la gobernadora, supuestamente para que todo el mundo… no entráramos ahí con un reguerete. Organizados. FIN.-