Interview with Judith Conde 2004 A
Vieques Struggle: A Digital Video Archive

Juan Carlos Rodríguez

PREGUNTA: Cuéntame un poquito de la experiencia de...

RESPUESTA: Antes... Espérate, antes de... Bueno, obviamente tú vas a editar, y
si tengo que parar oh... -Claro, claro, claro... Porque a veces me da, OK, está
bien, discúlpame.

PREGUNTA: Sí, no te preocupes. Cuéntame un poquito del comienzo de la Alianza,
cuál era la idea, qué había detrás de eso, cuál fue el impulso, así la
motivación, cómo se fueron desarrollando los trabajos al principio...

RESPUESTA: Eh... Bien, pues, mi nombre es Judith Conde, y en relación al
trabajo de la Alianza de Mujeres Viequenses, es bien interesante porque la
Alianza es el resultado de una inquietud, inicialmente una inquietud personal de
Gladys Rivera Cintrón, que es trabajadora social, y mía. Gladys y yo habíamos
estado trabajando, eh, desde nuestra... Ella desde su experiencia en la escuela
y yo desde mi experiencia en el Servicio de Extensión Agrícola, habíamos
estado trabajando juntas en proyectos comunitarios e inclusive su hija, pues,
pertenece a mi programa 4-H y teníamos un vínculo, verdad, y una relación
más de amigas, de hermanas, quizás. Y entonces al morir David Sanes... Eh...
Se hicieron como varias manifestaciones, ¿verdad?, a partir de la muerte de
David, y en una de las manifestaciones yo recuerdo que Gladys me dice: "Yo no
sé qué es más indignante, qué es más frustrante, si, si que... que nos
sigan bombardeando o que la gente no esté participando, que las mujeres no
estén participando en este proceso". Y para mí eso fue como un elemento,
¿verdad? Me quedé con esa respuesta de Gladys, me quedé pensando y dándole
pensamiento y haciendo distintas reflexiones sobre ese asunto: ¿por qué no
participamos? ¿qué nos da miedo, qué nos preocupa? Y en ese momento también
yo estaba haciendo mi revisión de literatura para mi trabajo de tesis, que en
ese momento trataba sobre la participación de las mujeres en asuntos
ambientales, particularmente, y entonces una de las, una de las cosas que
encontré, que decía que las mujeres, cuando perciben que hay riesgos para su
familia, para sus hijos, son más enérgicas y participan más en algún tipo de
proceso, y partiendo de ahí yo llamé a Gladys. Le digo: "Mira, Gladys, yo
estoy estudiando esto y... y... y hay un planteamiento de que las mujeres cuando
perciben que hay un riesgo más para su familia que para ellas mismas, deciden
participar y salir a hacer trabajo en la calle. Este... ¿qué tú crees si
nosotras exploramos esa posibilidad con las mujeres viequenses? Yo me quedé
pensando sobre, sobre lo que tú dijiste, sobre por qué no estamos
participando, a qué le tenemos miedo. Verdaderamente es frustrante. Eh, es una
situación real. Ya vimos que ciertamente la presencia militar impacta nuestra
vida en familia. David Sanes, nosotros conocemos a su familia. Eh... de hecho,
su sobrina y su hermana son parte de los grupos míos del, del Servicio de
Extensión Agrícola". Así que, por ese lado a mí me impactó directamente y
por otro lado me impactó en términos de que yo estaba recién parida, tengo un
nene y esa situación me alarmó, ya se trata de que yo tengo un bebé, estoy
criando un bebé, mi familia, y ese, ese tipo de reflexiones se empezaron a dar.

Bueno, pues, Gladys y yo nos reunimos en mi casa y empezamos a... tal vez
identificar mujeres que nosotras conocíamos, que habíamos visto en algún tipo
de marcha, en algún tipo de manifestación, que Gladys conocía de experiencias
anteriores en la lucha viequense. Porque yo debo destacar, ¿verdad?, que yo
vine aquí en el 91, así que mi experiencia con la lucha es diferente a la
experiencia que tiene Gladys en Vieques, una persona que nació, se crio, y hace
su trabajo en Vieques. Yo vengo de afuera y vengo con otra experiencia de vida,
que no necesariamente estaba enmarcada en, en el asunto de la presencia militar.
Yo no conocía sobre la presencia militar hasta que llegué aquí a Vieques. Y
no había escuchado nunca bombas. Lo más cerca que yo había estado de un
asunto que tuviera que ver con militares era en el... en la base que queda en
Salinas, porque en algún momento participé en la Liga Atlética Policiaca y
eso como que lo más cerca que yo tenía con algún tipo de base militar. Así
que cuando llego a Vieques, es otra experiencia. Y entonces, juntas empezamos a
identificar: "Ah, pues, mira, yo conozco a fulana... conozco a esta y conozco a
la otra, vamos a invitarlas". Y más que invitarlas, dijimos: "Vamos a
invitarlas a ellas personalmente, para asegurarnos de que tenemos gente en una
primera reunión, en un primer encuentro de mujeres". Pero también dijimos:
"Vamos a poner una hoja suelta, a ver qué pasa". Y... hicimos una hojita
suelta, que obviamente para nosotras era un reto porque era una convocatoria de
dos mujeres que nunca habían hecho este tipo de trabajo político, no se está
identificando a ninguna organización cuando se invita a las mujeres a
participar. Solamente decía: "Mujer viequense, te invitamos a... a una reunión
el 14 de mayo de 1999, Fuerte Conde de Mirasol".

Ya en ese entonces, Gladys y yo habíamos hablado un poquito sobre el concepto
de la casa, porque Vieques es nuestra casa. Y un poco, partiendo de esa misma
revisión de literatura que yo estaba haciendo, y de la reflexión juntas de que
"Mira, nos preocupa la familia, nos preocupa la casa", pues, a lo mejor ese
puede ser el enganche, por llamarlo de alguna manera. Bueno, y así lo hicimos,
repartimos la hoja suelta en todos los establecimientos que conocíamos y que
nos permitieron poner la hojita, invitamos a... particularmente a mujeres que
conocíamos, que habían estado participando en la lucha previo a este
esfuerzo... Eh... invitamos a otras amigas... eh... que nosotras entendíamos
que compartían las mismas inquietudes y el resultado fue que llegaron 25
mujeres a esa primera reunión. Para nosotros fue bien significativo el que
estuvieran allí 25 mujeres. Primeramente, porque nosotras entendíamos que no
iba a... no sabíamos, en realidad no sabíamos cuántas mujeres iban a llegar.
Pensábamos, "pues mira, puede llegar aquella, aquella...", nuestras amigas,
"vamos a decir que van a llegar 10 mujeres, que somos amigas 10 amigas", pero
llegaron 25. Y fue, fue bien interesante para nosotras cuando estuvimos en el
fortín, Gladys y yo nos miramos: "Ajá, ¿y ahora, qué vamos a hacer?". Pero
nada, lo que hicimos fue un primer ejercicio de presentarnos, de conocernos, de
decir cuáles eran las inquietudes que nos habían movido hasta allí. Y una
cosa bien interesante era que todas, las 25 vivíamos en Vieques, pero no
necesariamente nos conocíamos. Por ejemplo, una señora... una señora no,
hombre, fue Norma. Por ejemplo, con Norma, a mí me pasó... Norma tenían la
referencia de quién era la muchacha de 4-H, pero ella no tenía el físico, el
rostro de quién era la muchacha 4-H. Ella sabía que había una persona que se
llamaba Judith que se llamaba en 4-H. Por otro lado, yo en mi revisión de
literatura tenía una reflexión que encantó de Norma Torres, pero yo no sabía
quién era Norma Torres. Y cuando ellas se presentan, que ella dice: "Yo soy
Norma Torres", que yo la miro: "¿Usted es Norma Torres? Un placer, mire, usted
ha sido una de las personas que al yo leer la revisión que estoy haciendo, tal,
me llamó muchísimo la atención, me impactó..." Y entonces se empieza a dar
ese tipo... Hay algunas que eran maestras, comerciantes, amas de casa, se
habían visto en el correo, en el supermercado, en la farmacia, pero no
necesariamente se conocían por su nombre. "Oh, sí, esta es la hija de fulano y
doña fulana", pero no necesariamente habían tenido ningún tipo de relación
de trabajo y ni siquiera de amistad, así que eso fue bien interesante.

Por otro lado, nosotras rápidamente nos dimos cuenta que ahí había mujeres de
distintas ideologías políticas, de distintas denominaciones religiosas, que
venían de distintos sectores, por ejemplo, de preparación educativa. Ahí
había mujeres con preparación académica, maestría, había una doctora, pero
había amas de casa, que tenían cuarto año, qué sé yo, así que fue una
dinámica bien interesante. Éramos de diferentes edades, este... En ese
momento, yo podría decir que era de las más jóvenes, este... pero había
hasta una señora de... 65 o 70 años, creo que tenía en ese momento doña Fe,
si no me equivoco. Así que fue un grupo bien variado, y la, la dinámica que se
creó de inmediato fue bien positiva y esa primera reunión fue bien interesante
porque, bueno, Gladys y yo, después que nos presentamos, nosotras... "Estas son
nuestras preocupaciones, a nosotras nos preocupa que se está dando... Hay, hay
una discusión sobre lo que ha sido la presencia militar en Vieques, ha habido
distintos esfuerzos a través de los años sobre cómo atender el asunto de que
la Marina salga de Vieques, y aunque reconocemos que hay mujeres participando,
nosotras entendemos que debería haber más mujeres participando. Entonces aquí
la pregunta abierta es: ¿Por qué las mujeres viequenses no participan en la
lucha? ¿Por qué nosotras, las 25 que estamos aquí, no habíamos participado
en la lucha?".

Y fue bien interesante, porque ahí pues se trajo, mira, el asunto de los miedos
a la persecución política, del asunto a que algunas, por ejemplo, las que
tenían 40 años, por mencionarte... mencionaban: "Yo crecí con la presencia
militar. Yo tengo 40 años, así que desde que yo abrí los ojos ellos están
aquí. Y desde que yo abrí los ojos me enseñaron que ellos son poderosos, que
ellos son casi Dios, y que contra la Marina no se dice nada, porque gracias a
ellos nosotros estamos en esta isla, tenemos algunas cosas, gracias a ellos
estamos bien. Y yo crecí con eso. Así que yo no me atrevo a decir nada en
contra de ellos". Otras plantearon el asunto de que: "Mira, este... en este
país, no solamente en Vieques, en este país, ser independentista,
nacionalista, eh, como decía una compañera, todos los "ista" tiene unas
connotaciones, connotaciones que han sido muy negativas y muy nefastas, e
inclusive la gente ha ido a la cárcel, en este país se ha matado gente por sus
ideologías políticas, así que yo en eso no me voy a meter". Otras plantearon:
"Mi esposo trabaja en la base, y son las únicas... es el único ingreso que
entra a mi casa, por lo tanto, yo no puedo participar porque representa que
pongo a mi esposo en riesgo de perder el empleo".

PREGUNTA: Esas fueron mujeres que fueron...

RESPUESTA: Esas fueron mujeres que fueron a la reunión. Este... Este... por
otro lado, "mi esposo, mis hijos, yo misma me quedo sin empleo si yo digo que yo
quiero que la Marina se vaya". Por ejemplo, a mí en un momento dado me invadió
ese miedo que tenían los viequenses, yo decía: "Pues, mira, yo trabajo para la
Universidad de Puerto Rico... este... guau, si yo me meto en esto voy a tener
problemas, voy a tener problemas". Y más adelante sí los tuve. Este... por
estar diciendo que la Marina se vaya. Entonces, el recinto universitario de
Mayagüez es un "land-grant college", recibe fondos federales, tú sabes, hay
todo un, toda esta dinámica de los fondos federales y que tú tienes que serle
agradecido y que tú tienes que ser respetuoso con todas esas ayudas que te han
dado, así que eso planteaba para mí una dinámica bien fuerte, bien fuerte. Yo
no me atrevía, eh, a manifestarme mucho, en realidad. Este... así que estaba
bien preocupada. Inicialmente yo estaba bien preocupada por eso. Este... más
que nada por lo del trabajo.

Tengo otra compañera que planteó, que dijo: "Mira, yo siento...". Comparó el
asunto como una víctima de violencia doméstica: "Yo siento que tengo las manos
atadas a la espalda, que me dan puños, puños, puños y no encuentro qué
hacer, así que lo que quiero es salir de ese círculo de violencia". Este...
otra planteó, que fue Carmen, yo creo que a ella tú la entrevistaste, eh...
fue bien interesante porque Carmen dijo: "La Marina trajo a Vieques... este...
dolor y ropa sucia y ese tipo de cosas", y yo como que no entendía ese
planteamiento, pero después, ella lo que quiso decir es: "Mira, este, sí,
nosotros nos ganábamos un dinero, sí, pero lavando ropa y planchando ropa, que
era la ropa más sucia que yo he visto en mi vida", y entonces ahí ya yo
entendía... ya yo entendía lo que ella estaba diciendo, pero vuelvo y te
repito, para mí fue también un proceso de aprendizaje porque yo no vengo de un
lugar donde estas dinámicas se daban, e inclusive no las conocía, así que fue
también una experiencia bien, bien, bien fuerte para mí, esa primera reunión
de la Alianza, porque entonces empiezo a ver otras voces, a ver otras
perspectivas, desde otros ángulos esa discusión sobre la presencia militar.

Este... no sé dónde me quedé, bueno te contaba de la primer reunión de la
Alianza de Mujeres Viequenses, lo interesantes que fueron las distintas
visiones, la perspectiva que traen las distintas mujeres participando y que
mucho tenía, mucho se hablaba sobre la tierra y mucho se hablaba sobre la
contaminación, pero había esos otros aspectos de familia, eh... por ejemplo,
cómo sufrían las mujeres cuando los militares salían a la calle... este... o
sea, eran otras historias que no necesariamente se tenían, ¿verdad?, se
tenían sobre el impacto de esa presencia militar en la vida de los viequenses.
Así que esa primera reunión nos sirvió a nosotras para encontrarnos, para ir
inclusive, fue hasta un proceso inicial de sanación de encontrarnos y atrever a
decir por qué no participo, cómo nos sentíamos, y entonces vernos: "Ah, mira,
si ella es maestra y se atreve, si esta es..." Entonces ver que había 25
mujeres que quizás podrían atreverse a hacer unos planteamientos públicos, a
salir a participar. Fue bien interesante. Algunas mujeres plantearon: "Mira, yo
estoy aquí, porque yo las conozco a ustedes dos. Y yo pienso que ustedes son
mujeres responsables y me interesa lo que van a hablar, pero si es, por ejemplo,
para piquetear en contra de la presencia militar, ahí yo no voy a estar. Yo a
lo mejor puedo ayudar cocinando y haciendo alguna otra cosa que se necesite.
Este... pero yo no voy a participar en los piquetes".

Y entonces, ya ahí también Gladys y yo detectamos que una de las posibles
formas de acercar a, a las mujeres al proceso es valorar y reconocer el esfuerzo
que cada una podía dar desde donde quería hacer, si era desde la casa
cocinando, chévere, si era desde la casa cosiendo, chévere, si era desde la
iglesia orando, perfecto, si era desde estar frente al portón manifestándose,
ya empezamos a ver: "Mira, esto es una posibilidad de a lo mejor cómo podemos
ir acercándonos al proceso". De ahí, de esa primera reunión, surge que nos
queremos seguir reuniendo, de que queremos seguir hablando, eh, cómo podríamos
participar en este esfuerzo comunitario de reclamar que la Marina saliera de
Vieques. Eh... de ahí empezamos a diseñar algunas actividades, algunos
esfuerzos... este... muy de nosotras, muy de nosotras, este... en términos:
"OK, ¿qué actividades podemos hacer? ¿cuándo nos vamos a reunir? ¿cómo nos
vamos a reunir? ¿cómo nos vamos a llamar?", y empezamos a vernos y a trabajar
sobre eso.

Inicialmente no nos llamábamos Alianza de Mujeres Viequenses. Eh... no
teníamos nombre, empezamos a explorar "Mujeres, pescadoras de dignidad y paz,
mujeres en contra de la Marina, mujeres por la paz, mujeres..." o sea, se
exploraron distintas, distintas cosas. Hasta que surgió "Alianza de Mujeres
Viequenses", porque lo vimos, era un esfuerzo, era una alianza, era un unir
distintas destrezas, distintas ideas, hacer una alianza de, de mujeres
viequenses. Así que finalmente se quedó "Alianza de Mujeres Viequenses".
Recuerdo que la primera vez que dimos a conocer nuestro nombre fue en una visita
que hizo en esa ocasión el obispo Álvaro Corrada a la iglesia de Monte Santo,
y en ese momento él dijo que no habíamos podido seleccionar un nombre mejor
que la Alianza era... daba fuerza, que la Alianza, nosotras estábamos así,
como que, qué bueno, ¿verdad?, que se reconociera ya inicialmente esa
fortaleza desde el nombre Alianza de Mujeres Viequenses.

Una de las, de las dos primeras cosas que hicimos como organización fue
prepararnos para presentar una... un discurso público, eh... una ponencia
pública frente a la comisión que nombró el gobernador Rosselló para atender
el asunto de Vieques, este... que fue bien interesante, porque inicialmente
cuando solicitamos el turno hubo como que esta refle... este cuestionamiento...
"¿Y qué van a decir las mujeres?".

PREGUNTA: ¿De parte de quién?

RESPUESTA: Bueno, de alguna gente en la comunidad, incluyendo compañeros que ya
estaban en la lucha de hacía mucho tiempo. Este... "¿Qué van a decir las
mujeres? ¿Las mujeres tienen algo que decir?". "Sí, las mujeres tienen algo
que decir". Fue bien interesante porque esa ponencia trajo a este panel de
trabajo una perspectiva totalmente diferente de lo que ya se había discutido
sobre Vieques, y cuando te digo una perspectiva diferente, fue una perspectiva
humana, eh, donde la lucha de Vieques, además de tener un espacio de tierra
ocupado, donde además de tener un espacio de tierra contaminado, se le dio voz,
se le dio rostro, donde hay una gente que ríe, que llora, que sufre, que se
estremece con los bombardeos, y esa visión, esa perspectiva humana, había sido
muy poco discutida dentro de los trabajos sobre Vieques. Yo recuerdo que esa
comisión, la presidenta de esa comisión en ese momento, ¿verdad?, era Norma
Burgos y... y... y esa mujer terminó llorando. Terminó llorando porque ella no
tenía esa otra, esa otra parte de, de la lucha. Yo recuerdo que quien hizo la
ponencia fue Carmen Valencia y cuando se le preguntó a Carmen, por ejemplo,
cuando ella le preguntó cómo se sentía, cómo ella se sentía cuando, cuando
caían bombas, que Carmen le explica que ella se escondía en un clóset, que
ella como niña pequeña no entendía lo que pasaba, pero que se escondía y
lloraba ante el... el... lo que le provocaban los ruidos de las bombas, eh,
allí la sala terminó prácticamente llorando, llorando, porque era, era otra
perspectiva de, de, del asunto de Vieques.

El otro esfuerzo que nosotros hicimos inicialmente para empezar a acercar a la
gente, y sobre todo a las mujeres, al área de la verja fue iniciar lo que
nosotros llamamos un escudo de paz, que era transformar lo que representaba la
verja de la Marina, en, en otra cosa. Y dijimos: "Vamos a empezar a atar lazos
blancos a la verja de la Marina". Inicialmente había 15 cintitas locas, el
viento le daba, y como que: "Ay, qué bonito, que idea tan, tan femenina, tan
bonita, sí, bien delicada, un asunto bien delicado, bien de mujeres". Nosotros:
"Pues sí, es bien de mujeres, queremos que sea bien de mujeres, porque
precisamente lo que queremos es acercar a las mujeres al proceso".

PREGUNTA: ¿Esa era una percepción de la comunidad y de alguna organización?

RESPUESTA: Era la percepción de la comunidad. No necesariamente de la
comunidad. Yo te podría decir más que era una percepción de las
organizaciones y de... de las organizaciones que ya estaban trabajando en la
lucha, de compañeras y compañeros que ya estaban en la lucha y que no
necesariamente todavía reconocían que la mujer podría aportar algo más que
cocinar y hacer banderas, ¿OK?, y este... pues, nada, empezamos con nuestras
cintitas... el primer día como que decidimos inaugurar ese proyecto no fue
tantísima gente, fuimos dos o tres, fuimos allí, pusimos un, un "banner" y
empezamos a atar nuestras cintitas. Empezamos a atar nuestras cintitas y yo te
podría decir que el 4 de mayo, si tú ves las imágenes del 4 de mayo del 2000,
si tú vieras esa verja, eso de verdad se convirtió en un escudo de paz, en una
señal de que aquel que apoyaba el movimiento viequense se prendía una cinta
blanca. En las reuniones en Fortaleza, en las reuniones en el Capitolio, se
prendía una cinta blanca, la gente de Mayagüez, la gente de Ponce, la gente de
Arecibo, la gente que estaba en apoyo al movimiento de Vieques. Pero en Vieques
fue interesante, porque alguna gente que todavía tenía ese miedo de atreverse
a decir: "Yo estoy en contra de la presencia militar", nosotros, por ejemplo,
empezamos a notar en las antenas de los carros unas cintitas pequeñitas
blancas, en las partes internas de los carros, una cintita en el espejo
retrovisor blanca. Para nosotros hacía sentido. Ya era una forma de que la
gente empezó a apropiarse de un símbolo para también trabajar con su proceso
de "atreverme a decir lo que... que estoy en contra de la presencia militar".
Para nosotras eso fue sumamente importante porque no nece... ya nosotras
sabíamos desde la primera reunión, por lo menos el encuentro con las mujeres,
nos dio la oportunidad de saber que no todo el mundo estaba dispuesto a estar en
un piquete. Y entonces, ¿cómo hacemos para que pueda, para que pueda sentirse
cómodo en otros espacios?

La otra cosa que hicimos también fue un trabajo de salir a las calles a
conocer, por las casas, casa por casa: "Mire, ¿cómo usted se siente frente a
la presencia militar?, ¿usted quiere que se vayan o usted quiere que no se
vayan?, ¿qué otras actividades usted... se atrevería a participar para
denunciar que la Marina se vaya?, ¿cómo... qué otras actividades nosotros
podemos hacer que usted se sentiría cómoda?". En ese trabajo también
preguntamos un poquito sobre, sobre cáncer, si usted cree que por culpa de la
Marina, ¿verdad?, hay cáncer. Y de ahí salió, porque también pusimos una
pregunta que decía: "¿Tiene familiares con cáncer? ¿Ha tenido personas que
han muerto de cáncer?". Y fue un trabajo bien interesante que dio base para
otros trabajos posteriores, donde la mayoría de las casas que nosotros fuimos,
y trabajamos toda el área de La Esperanza, toda el área de Santa María y el
centro Florida Martinó, y algún área de Monte Santo, en la mayoría de las
casas, casi un 65 por ciento, un 70 por ciento de las casas que nosotros fuimos,
tenían un familiar con cáncer, una persona que había muerto de cáncer o una
persona que estaba en tratamiento de cáncer, y eso dio base para seguir otros
trabajos que se estaban ya haciendo en relación al problema de cáncer en
Vieques. Pero también nosotros ahí identificamos que la gente se sentía
cómoda si frente al portón, en lugar de un piquete, había una actividad para
niños, si había una caminata, en otro sitio que no fuera el portón, si había
una actividad frente... en la plaza...

PREGUNTA: El portón, te refieres...

RESPUESTA: Al... frente al portón del Campamento García, lo que era el portón
del Campamento García, lo que ahora es el portón del Refugio de Pesca y Vida
Silvestre de Vieques... Este... Así que, otras actividades, otras actividades,
que no necesariamente fuera como que... el piquete. Se sentían cómodas viendo
una película, se sentían cómodas haciendo cosas en espacios fuera. Pues, a
partir de esas, también de esas respuestas, nosotras hicimos por ejemplo la
Primera Jornada de la Mujer Viequense, como Alianza, y en esa Primera Jornada de
la Mujer Viequense lo que hicimos fue combinar aspectos de salud que se
trajeron: "Mira, nos preocupan... en la primera reunión... nos preocupa,
además del asunto de la presencia militar, nos preocupa el asunto de salud".
Así que empezamos a hablar en la Primera Jornada de la Mujer Viequense de
asuntos de salud. Empezamos, y trajimos clínicas y todo para las mujeres.
Empezamos a hablar de aspectos legales, por ejemplo, de la desobediencia civil.
Empezamos a hablar de los aspectos emocionales eh... que había, ¿verdad?,
relacionados al asunto de la presencia militar. Y Gladys consiguió el apoyo del
Colegio de Trabajadores Sociales y se trajo, se hizo un trabajo para trabajar
con las emociones y cómo manejar esas emociones, esos corajes, esa tristeza que
había provocado esa presencia militar.

Este... empezamos a explorar de... respuesta o medicina alternativa para
nuestros familiares que tenían cáncer, empezamos a acercarnos... y eso, por
ejemplo, esa Primera Jornada de la Mujer Viequense, la hicimos en la escuela
intermedia. El primer día tuvimos un encuentro, tuvimos poesía. El último
día tuvimos una caminata desde el muelle hasta frente al Campamento García con
las que se atrevieron, con las que se atrevieron a participar. En la noche de
esa primera jornada, recuerdo que había una vigilia, este... frente al portón
y en esa ocasión, pues, la gente del Comité Pro Rescate reconoció ese primer
esfuerzo de la Alianza en ese trabajo comunitario. Recuerdo que nos dieron una
placa y todas esas cosas. Este... pero fue bien interesante, porque entonces yo
te podría decir que en esa Primera Jornada de la Mujer Viequense participaron
como 100 mujeres, por lo menos en el ejercicio en la escuela. Y eso fue para
nosotros importante. A la caminata no vinieron 100, pero había 50. Y vimos
mujeres aquí que nosotros jamás pensaríamos que iban a participar y caminaron
desde aquí hasta el Campamento García. Y en el recorrido yo recuerdo una mujer
que pasamos por su casa y cuando llegamos al Campamento García estaba con
nosotros dando la vuelta. Y recuerdo que yo: "Ah, ¿cómo estás?, qué bueno,
qué chévere verte aquí". ¿Qué nos dijo?: "Las vi pasar por mi casa y no
pude aguantarme más y dije, si ellas se atrevieron yo me voy a atrever con
ellas". Se vistió, me dijo: "Me puse un pantalón, una camisa, y me tiré como
estaba". Y llegó hasta ahí. Y para nosotros eso fue súper significativo. No
eran 100, no eran 200, era una, pero una que poco a poco iba a hacer la diferencia.

Porque otra de las cosas que pasó es que con nosotras empezaron a llegar
nuestros hijos, y nuestros esposos, y nuestros primos, y nuestras primas, y
nuestras amigas, y nuestros amigos, y ya se hizo como que más grande el grupo
de gente. Hicimos un rosario cantado frente al portón. Por un lado, un rosario
cantado. Es una acción civil no violenta. Estamos frente a ese portón. Los
militares no saben cómo lidiar. O por lo menos no sabían cómo lidiar. ¿Cómo
tú sacas de frente a un portón una persona, unas personas que lo que están es
rezando y que lo que están es cantando? O sea, un asunto con el cual ellos no
habían trabajado. Y era un asunto delicado, porque no es lo mismo meterte con
unos manifestantes que tal vez están gritando consignas que meterte con una
gente que está cantando y orando, porque el fervor, el elemento religioso,
siempre es respetado. No importa cómo tú lo pongas, el elemento religioso
siempre... Y las mujeres se sintieron muy contentas... (mira para el costado y
dice: "Ese se parece a Miguel...de verdad que sí...") Este... se sintieron muy
contentas cantando frente a aquel portón y ya fueron más mujeres porque les
dijimos: "No vamos a un piquete, vamos a un rosario cantado frente al portón".
Y pusimos una cruz y pusimos flores y pusimos un altar, y eso fue bien
significativo. Y vuelvo y te repito. Eso son otro tipo de acciones que se dieron
en Vieques que no necesariamente se habló sobre ellas. Porque...

PREGUNTA: ¿No se habló sobre ellas dónde...?

RESPUESTA: En la comunidad y en los círculos, por ejemplo, políticos donde se
habla sobre estrategias de lucha y política de lucha, los esfuerzos iniciales
de la Alianza no se consideraban... eh... importantes o no se consideraban como
ejercicios contundentes, significativos dentro de esta lucha. Eran unos
esfuerzos chévere, pero dentro de la acción política, no se consideraban como
cosas contundentes. Yo vuelvo y te repito: no era desobediencia civil, pero era
una acción civil no violenta que permitía que la gente se acercara al proceso.
Y que hubiera frente a ese portón, por ejemplo, una presencia que les decía a
los militares: más gente se está llegando, más gente se está convenciendo de
que ustedes tienen que salir. Para nosotros, eso era importante. En una ocasión
tuvimos a Remi y fue una actividad para niños. Y las mamás trajeron los nenes.
Más adelante hubo otra actividad para niños con el payaso Juglar, que ya ahí
los militares estaban tan sacados por el techo que les tiraron gases y pimienta
a los nenes inclusive. Ya, ya llegó un momento donde ellos vieron que la cosa
creció y ya estaba fuera de su alcance y ya era una cosa que ellos no pudieron
manejar. Vamos a... va a haber...

PREGUNTA: Sí, está chévere. Bueno, Judith, me llevas contando un poco de la
cuestión, bueno, de los primeros pasos de la organización, las actividades que
se iban haciendo, el hecho de que deseaban ir acercando a la gente...

RESPUESTA: Bueno, pues, te comentaba que, que las actividades de la Alianza,
básicamente, ¿verdad?, las actividades iniciales de la Alianza de Mujeres
Viequenses respondían a esa, a esa inquietud o a esa... ¿cómo... cómo lo
llamaría? Eh... a un esfuerzo que nosotras queríamos hacer ya como
organización de acercar más gente al proceso, ¿verdad?, de la lucha viequense
en contra de, de, de los militares. Así que seguimos nosotras, eh... como
organización trabajando unos asuntos, más... entonces, seguimos trabajando con
el desarrollo de diferentes actividades e iniciativas que su propósito
principal era acercar gente a... al trabajo de la lucha. Para nosotros fue bien,
bien... fue bien importante. Ha sido un proceso bien importante la creación de
la Alianza de Mujeres Viequenses, pero también ha sido un proceso bien
difícil, bien difícil porque, por ejemplo, nosotras... nos tocó un periodo de
la lucha donde estaba todo pasando bien rápido, todo estaba pasando bien
rápido y para nosotras era, por ejemplo, organizar o tratar de poner,
¿verdad?, la organización en función. Por otro lado, era trabajar nosotras
mismas al interior de nuestros hogares con la, con la dinámica de: ¿cómo
salgo a hacer el trabajo de lucha, cómo salgo todos los días a una reunión, a
un piquete, a una caravana, verdad? Era atender ese asunto, y por otro lado era
también, este... un poco luchar tal vez, con, con unas relaciones de trabajo en
el contexto de la lucha que no necesariamente eran positivas para nosotros. Y a
eso me refiero, por ejemplo, que este trabajo siempre estuvo realizado en su
mayoría por hombres, los que asumían el liderato de este trabajo. Y en el
contexto de esa relación de trabajo, para nosotros fue bien difícil, porque
vuelvo y repito, las actividades, el trabajo de, de la Alianza en muchas
ocasiones no se consideró como... importante. Sí era chévere que hubiera
algunas mujeres tratando de hacer algunas actividades, pero no necesariamente es
lo contundente, es lo que tiene fuerza es lo que vamos a seguir haciendo, porque
en realidad así no es que se hace la lucha. La lucha se hace desafiando a la
Marina, la lucha se hace yendo a la cárcel y la lucha se hacía desde esas
otras dimensiones, no desde otras acciones. Y para nosotras fue, fue, fue bien
difícil en ese sentido porque inclusive, esto sin temor a ser señalada más
adelante sobre este planteamiento, en ocasiones hasta se ridiculizaba el trabajo
de la Alianza. Este... se mofaban de nuestras iniciativas y nos llamaron, eh...
que éramos temerosas. O sea, que: "En realidad ellas tienen miedo, ellas no se
atreven a hacer eso. Nosotros tenemos que consultar con otra gente, porque la
Alianza no se va a atrever a hacer eso, la Alianza no se va a atrever a
desafiar, la Alianza no se va a atrever a montarse en un barco, este... ellas
hablan mucho, hacen mucho ruido, pero a la hora de la verdad no se atreven". Ese
tipo de cosas nosotros las escuchamos. Y en el contexto de trabajo, pues eso es
bien fuerte, porque por un lado tú estás tratando de romper con unos miedos,
estás tratando de traer más participantes, más mujeres, más, más público,
comunidad en general a esta lucha, pero por otro lado tienes este tipo de
comentarios y de... Entonces para nosotras era como, como tres o cuatro luchas a
la vez. Era la lucha de, de... en el contexto de las relaciones con otras
organizaciones, si nuestro trabajo era importante o no era importante, era la
lucha en nuestra familia, si saldo o no salgo a hacer este trabajo, si mi esposo
y mis hijos, si mi familia quiere que yo vaya o no vaya, este... era nosotras
mismas romper con los miedos que teníamos de que somos mujeres y nos vamos, nos
estamos atreviendo a decir unas cosas... eh... y por otro lado inclusive
estaba... y entonces la lucha en términos de cómo organizar un grupo mientras
hay un montón de cosas pasando. Porque cuando teníamos una reunión, por
ejemplo, para delinear cuál era el reglamento de la Alianza, surgía que había
una manifestación que había que atender o había una acción que íbamos a
hacer, se quedó el reglamento a un lado. Vamos para allá. Y entonces por otro
lado está la... que hubo organizaciones y gentes solidarias, por ejemplo, yo
creo que conversando contigo en algún momento te hablé sobre esto, que por un
lado están haciendo, pues, acompañándonos en la lucha, pero por otro lado
están asumiendo unos roles de fiscalizadores de organizaciones y este... por un
lado: "¿Cuál es su reglamento? ¿Quién atiende sus finanzas? ¿Me podrías
dar un informe del dinero que ustedes reciben? ¿Quién les da chavos a
ustedes?". Pero, por otro lado, entonces: "¿Van a participar de esta actividad?
¿Podría la Alianza donar tal o cual cosa? ¿Pueden comprar esto? ¿Pueden
comprar lo otro?". O sea, era un sinnúmero de cosas pasando, todas a la vez,
que era bien, bien difícil, ¿verdad?, bien difícil, máxime cuando nosotras
no estábamos necesariamente muy relacionadas y muy vinculadas a hacer este tipo
de trabajo. Yo sí trabajo organizando grupos en la comunidad, pero desde el
aspecto educativo, este... no desde el aspecto de verdad de acción de política
pública, y sí también de acción de política pública, pero no un tipo de
manifestaciones como las que nosotros estábamos haciendo.

Así que fue bien difícil, fue bien difícil para nosotras como organización.
Fue bien difícil. Fue bien fuerte y yo lo tengo que decir también, en un
momento dado, este... se dijeron tantas cosas negativas de nosotras, de verdad,
y yo ahora las veo, y miro atrás y me río porque no hay otra cosa que hacer.

PREGUNTA: ¿Cómo cuáles?

RESPUESTA: Por ejemplo, este... se nos tildó de que por algunas acciones que
hacíamos estábamos poniendo en peligro la lucha... eh... se nos tildó, por
ejemplo, aquí había... y estas son otras discusiones que más adelante
veremos, pero, por ejemplo, cuando decidi... cuando un grupo de mujeres de
orientación sexual, ¿verdad?, diferente a lo que todos conocemos, decidió
acercarse y hacer trabajo con nosotros, se nos tildó de lesbianas. Se nos
tildó de que estábamos ahora en la calle. Algunas de nosotras, no estoy
hablando de la mayoría. De que estábamos, este... que teníamos problemas, por
ejemplo, en la familia, pero teníamos problemas en la familia por haber dejado
la familia para irnos a la calle a hacer el trabajo de la lucha. Este... Y así sucesivamente.

PREGUNTA: Y estas críticas venían no solo de la gente en la lucha, sino
también de otros...

RESPUESTA: Venían de diferentes sectores, venían de la comunidad, podían
venir de sectores que inclusive favorecían la presencia militar. Venían de
gente que sí estaba en la lucha, de distintas otras organizaciones. Este...
aquí, por ejemplo, yo conozco de algunos compañeros que, que plantearon: "Con
la Alianza yo no hago trabajo". "La Alianza...". Yo escuché cosas como: "La
Alianza nos abandonó, la Alianza nos dejó solos", o "solas", "la Alianza nos
dejó solas". Y en ese sentido yo quisiera compartir contigo que en términos
de... del asunto sobre la desobediencia civil, quién hace y quién no hace
desobediencia civil, para nosotras estuvo bien claro, desde inicios de la
organización, que iba a ser una decisión individual, que la acción, aquella
mujer que quisiera participar en el asunto, ¿verdad?, o en la... en la
desobediencia civil, era una acción individual. Sin embargo, a nivel colectivo,
¿verdad?, de la organización, contaba con el apoyo de la organización y que
inclusive en el caso de nosotras, de los pocos fondos que había dentro de la
organización se iba a separar un dinero para ayudar en la medida que fuera a
las compañeras que decidieran hacer desobediencia civil. Sin embargo, la
respuesta que recibimos de algunas compañeras fue: "La Alianza nos dejó
solas". "Judith no entró". Y claro, está claro, claro estaba, y yo así ya lo
había planteado, en este momento de mi vida yo no puedo asumir la desobediencia
civil como algunos quisieran, porque yo tenía, mi bebé tenía un... año y
medio, dos años, tres años, ¿verdad?, creció en los cuatro años de la
lucha, así que para mí no era real la desobediencia civil. Sí era real hacer
un montón de trabajo en la calle, hacer un montón de trabajo de movilización.
Para mí eso era real y a eso me dediqué. Sin embargo, la respuesta que recibí
fue de "cobarde", de "dejar solas", de "no atreverme", y entonces llega el
punto... que como ser humano eso te quita energía y te va cargando por otro
lado, te quita energía y te va cargando de unas emociones y de un aspecto que a
lo mejor... mucha gente aquí tampoco se ha hablado de esta lucha, de la carga
emocional que ha significado para muchos de los que hemos estado tal vez "al
frente" asumiendo unos roles de liderato, la crítica, el atropello, inclusive
familiares, el atropello personal y cómo eso te va cargando a un punto que tú
consideras: "OK, continúo en la lucha desde un espacio que yo me sienta seguro
o simplemente dejo que las cosas pasen y me retiro de la lucha". Porque a nivel
emocional aquí hay muchas heridas, muchas cosas que no han sanado y que si no
se dan y que si no se sanan y que si no se resuelven, nos pone a nosotros, al
colectivo en general como comunidad, nos pone en una posición bien débil. Bien
débil para asumir los otros procesos, pos la salida de la Marina de Guerra de
los Estados Unidos de la isla de Vieques. Nos pone en una posición bien débil.
Y entonces en este momento, por ejemplo, la Alianza, ¿qué ha hecho? Buscar
espacios seguros, espacios donde pueda trabajar, donde pueda ayudar a la
comunidad, y dar espacio para que las mujeres que continúan en este proceso
podamos sanar para continuar los trabajos. Porque de otra manera lo que tú
haces es irte a tu casa y ver las cosas pasar. Porque es bien fuerte, es bien
fuerte. Para nosotras. Aquí hay gente que lleva 40 años haciendo esto.
Nosotras llevamos cinco años haciendo esto. Pero igualmente es fuerte.
Igualmente es fuerte, igualmente difícil, pero por otro lado, eh... crecimos un
montón. Ya no somos las mismas mujeres del 14 de mayo de 1999.

PREGUNTA: Háblame un poco de esas heridas emocionales.

RESPUESTA: Este... te podría decir que en el marco, ¿verdad?, de la relación
con otras organizaciones, esas heridas han significado para esta lucha que tú
tienes un montón de gente con unas ideas buenísimas, con un trabajo excelente,
pero que no se pueden sentar juntos a una mesa a trabajar. Y eso, y vuelvo y te
repito, y eso es bien peligroso para nosotros, no como individuos, sino como
comunidad. Porque eso significa que asumimos, asumimos lo que viene muy
debilitado, muy fragmentado. Y en ningún lado del mundo las cosas solitas,
fragmentado, en pequeñas aldeas han tenido resultado. Mira ahora... la unión
de todo un pueblo fue lo que le dio la estocada final a la Marina. Mientras,
había habido distintos esfuerzos individuales, fragmentados, aún cuando yo sé
que eso alguna gente va a decir: "Eso no es cierto". Es cierto. Había habido
muchos esfuerzos solitos, fragmentados. Cuando se logra que todo vaya,
¿verdad?, y que todos podamos hacer fuerza hacia una misma dirección, se
pueden lograr las cosas. Y entonces esas heridas que digo, esas heridas a veces
te permiten... no te permiten sentarse a la mesa a hablar con otra gente...
eh... esas heridas, eh... no te permiten ser efectivo. Porque inclusive a veces
tú piensas: "Esto es personal. Esto es en contra de Judith Conde". Y uno tiene
que superar eso. O sea, eso no es en contra mía. Pero es, pero es muy difícil,
porque hay una herida, hay una herida que está ahí, que tú dices: "Mira, yo
quisiera, yo quisiera sentarme con tal persona a conversar sobre esta idea",
pero hay algo aquí adentro, hay una herida muy profunda que me dice: "Yo no
quiero que me lastimen". Y tú como ser humano, automáticamente,
instintivamente tal vez, tú buscas cómo protegerte. Y formas corazas y pones
escudos. ¿Y qué haces? Me retiro o brego con la gente que yo me siento
cómoda. O te viro la cara, o no te hablo, o busco otra cosa, pero voy a
poner... y no necesariamente es que no quiera trabajar contigo, pero por otro
lado está la herida, que no quiero seguir siendo lastimada. No quiero seguir
pasando por lo mismo, así que me voy a proteger. Y si mi protección, y si yo
estar bien significa no sentarme contigo a hablar, pues eso va a estar bien para mí.

Porque... lo otro es: mira, tú no te puedes morir, o sea, uno tiene que hacer
este trabajo... sin morirse. Yo, hubo un punto en la lucha que dije: "Yo quiero
que la Marina salga y yo estoy dispuesta a hacer lo que esté a mi alcance. Lo
que yo no estoy dispuesta a hacer es aniquilarme como persona". Y si entonces el
no aniquilarme como persona significa retirarme un poco, pues entonces eso es lo
que voy a hacer. Porque al final, yo quiero que la Marina salga, pero yo quiero
estar viva para verlo, yo quiero que esto se limpie, pero yo quiero estar viva
para verlo. Entonces yo no me puedo aniquilar en el proceso. Y
lamentablemente... aquí hubo un patrón de, de, de ver quién sobrevive, de...
vamos a ver que organización sobrevive, vamos a ver aquí quién es el más fuerte.

PREGUNTA: Y tú crees que este proceso hoy día continúa...

RESPUESTA: Continúa. Continúa. Aquí sobrevive el más fuerte. El que más, el
que más "proyección" tenga, pero yo te voy a decir una cosa, con mucho respeto
para todo el mundo: no necesariamente el que más proyección tiene es el que
está haciendo el trabajo. Yo con mucho respeto lo digo. Tú podrías tener
proyección, y eso es muy importante, porque es importante que la gente sepa que
todavía en Vieques se está haciendo un montón de trabajo. Ahora, tú tienes
que ser, hay que tener la proyección, pero también hay que tener el trabajo
hecho. No hay... es bien difícil... a veces se da la ilusión de que se están
haciendo cosas, o sea, tú no puedes... tú tienes que creer en lo que estás
haciendo. Tú no puedes dar la ilusión de que "yo creo en esto" y por otro lado
hago algo diferente. Yo te lo he comentado a ti. Yo quiero que Vieques limpie el
desastre que hizo la Marina, pero yo quiero también que en el resto del área
civil esté limpio. Y eso significa que todos nosotros, los que estamos en la
lucha y los que no estamos en la lucha nos doblemos a recoger un par de vasitos
por la carretera, en proyectos comunitarios. Para que la gente sepa que de
verdad nosotros creemos en la limpieza de nuestro pueblo. Porque poquito a
poquito, ese otro sucio también hace daño, afecta la calidad de vida en
general. Entonces es un poco hay que trabajar con eso, o sea, hay que tener la
proyección y que la gente sepa sobre Vieques, pero hay que estar ahí. Y vuelvo
y te repito, tú buscas el espacio que quieras, el más seguro, lo que vas a
hacer, pero hay que hacerlo.

PREGUNTA: Dos cositas que quizás deseaba preguntarte con respecto a, bueno, la
cuestión de la lucha y la estrategia. Cuando hablabas de las heridas, ¿crees
que ha habido quizás una especie de creación de desconfianza entre algunas organizaciones?

RESPUESTA: Sí, yo... mira, en términos, vuelvo y te repito, en términos de
las heridas, ha sido tan fuerte ese asunto que ha llegado a la desconfianza, ha
llegado a que, a que dentro de las organizaciones, fuera de las organizaciones,
que los diferentes líderes, la diferente gente participando, hasta el
desprestigio de la persona, desde los individuos... o sea, ha llegado a una cosa
muy fuerte.

PREGUNTA: Incluso dirías sabotaje de algunas iniciativas...

RESPUESTA: Yo, yo, con mucho respeto... hasta sabotaje de algunas iniciativas.
Eso es bien doloroso. Porque, por ejemplo, yo respeto lo que cada cual, cada
organización quiera hacer, y su trabajo, lo que yo no puedo entender es que si
ya, por ejemplo, si ya la Alianza de Mujeres Viequenses... Ejemplo: tiene un
proyecto y tiene un trabajo con pacientes, sobrevivientes de cáncer, tiene unas
actividades determinadas, yo no entiendo, todavía no lo entiendo, por qué no
unirnos todos a ese esfuerzo y aquí se crean, tan es así, que se crean
actividades y proyectos paralelos a iniciativas como esa. De manera, de manera
que eso no fortalece, al contrario, eso debilita el proceso. Estamos dando,
picando aquí, picando acá y no tenemos algo fuerte, sólido. Si yo estoy en el
proyecto, si la Alianza de Mujeres está trabajando el proyecto de cáncer, pues
mira, vamos entonces a que ellas trabajen, sigan con el proyecto de cáncer y
nosotros vamos a fortalecer y vamos a ayudar en la medida que se pueda. No
tenemos que estar todos juntos, bailando todos juntos ni revueltos, pero sí
tenemos que ser solidarios unos con otros. Si la otra organización tiene un
proyecto que tiene que ver con el patrimonio cultural, pues en la medida que
pueda y si yo creo en la defensa del patrimonio cultural, pues mira, vamos
entonces, no voy a ser yo, a escoger entonces otro centro, otra cosa: "No, yo
quiero defender esto". Vamos a decir: "El Comité está trabajando arduamente
con lo de la Casa del Francés", pues yo, mi respuesta natural, digo yo, como
organización es unirme a ese esfuerzo en la medida que yo crea que ese esfuerzo
está bien. La otra cosa que podría pasar es que yo digo: "No, yo no quiero la
Casa del Francés, yo quiero las Ruinas de la Central Playa Grande, eso es lo
que yo voy a trabajar". Entonces empiezo a dividir. Entonces, tenemos que
concentrarnos, tenemos que definir lo que queremos, dónde estamos de acuerdo
para poder trabajar juntos y dónde no estamos de acuerdo, y cada cual lo sigue
haciendo. Pero aquí esa no es la práctica. La práctica es: si la Alianza
tiene un proyecto con jóvenes, las otras organizaciones, todo el mundo va a
hacer un proyecto con jóvenes. Si aquel tiene un proyecto con pescadores, todo
el mundo va ahora a hacer un proyecto con pescadores. Aquel tiene un proyecto de
defender tal cosa, la ceiba, de repente todo el mundo tiene un palo que
defender. Entonces, ya no es esa ceiba. Hay un montón de ceibas. Entonces,
siempre hay, como que hay otras respuestas. No hay solidaridad, hay a veces otra
respuesta, entonces sí, eso es a veces hasta sabotaje. Y esto lo grabas y
después lo borras, o lo que quieras hacer, el último "Relevo por la Vida" que
se dio aquí en Vieques...

PREGUNTA: Te refieres a esto que vas a contar ahora...

RESPUESTA: Esto que voy a contar ahora, si quieres borras, si no lo usas, yo no
sé... pero eso es parte de sanar las heridas. El último "Relevo por la Vida".
Coincidió sábado con una actividad mundial que tenía que ver con la paz.
Entonces, está el "Relevo por la Vida" que el sábado en la noche tiene una
ceremonia que se llama "La Luminaria". Un encendido de luces y unas plegarias
por los sobrevivientes y por los que murieron de cáncer, pero que muy bien yo
entendía que podía combinar el ejercicio de hacer una plegaria por la paz. Se
hizo una actividad frente a Justicia y Paz a la misma hora donde se estaban
dando las luminarias, los compañeros, vamos a ser solidarios con los pacientes
de cáncer y juntos todos vamos a hacer una plegaria por la paz. ¿Por qué hay
que hacer dos actividades distintas? Los que lo vieron me dicen: "Mira, Judith,
parecía que le estaban orando al letrero de Fish and Wildlife". Entonces, tú
te preguntas: "¿Hace sentido?, ¿hace sentido?". Mientras que si nos vamos, nos
fortalecemos y hacemos con todos los que están ahí una gran plegaria por la
paz... Entonces, yo pienso que tenemos que reflexionar sobre eso, y es parte de
los desafíos que tenemos las organizaciones en este momento para continuar el
trabajo sobre Vieques. Es un desafío: sentarnos y sincerarnos. Es un desafío,
es un reto, sentarnos y sincerarnos. Mira, todavía es la hora que nosotros no
nos hemos sentado a evaluar qué pasó el primero de mayo. Fue muy fácil
echarle culpas a todo el mundo, pero en realidad, ¿nos sentamos a dialogarlo?
¿nos sentamos a hablar, a sincerarnos? ¿cuál fue mi rol? ¿qué estuvo mal,
qué estuvo bien? Ya pasó, el primero de mayo ya pasó y no vamos a volver
sobre el primero de mayo, pero hay una cosa que venía pasando, que venía
pasando, que tenía que ver con esta cosa de las heridas, y de los dolores y de
las emociones que tenemos que encontrara un espacio para explotar el primero de
mayo. Pero ni siquiera después de... nos hemos detenido a ver qué pasó. No
nos hemos detenido. Fue más cómodo, fue más fácil echarle culpas a todo el
mundo. Y así seguimos la lucha: "La culpa fue de los que están presos, la
culpa fue de los infiltrados, la culpa fue del PIP, la culpa fue de todo Puerto
Rico, la culpa fue de la Alianza porque no se manifestaron, la culpa fue del
padre Nelson, la culpa fue de cualquiera. Pero no hemos sido quiénes de
sentarnos a ver, no a echarnos culpa: "A ver, ¿qué pasó, gente? ¿Dónde
estamos?". Que si se pudo haber evitado, ya para qué, ya pasó. No se pudo
haber evitado. Ya pasó, pero si estamos diciendo que el trabajo de Vieques, que
la lucha continúa, la lucha necesita un espacio de parar, reflexionar, ver qué
pasó y continuamos. De otra, vamos a seguir arrastrando las mismas cosas. Vamos
a seguir arrastrando el mismo... y lo que costó 60 años por un lado podría
costar los mismos 60 años ahora en esta próxima jornada. Porque no queremos
darnos el espacio. Vuelvo y te repito: lo más cómodo ha sido echarnos culpa,
crear desconfianza, apartarnos, "yo no me junto con aquel o con aquella",
criticarnos... como menciono en mi trabajo, en el agite de la lucha, nos matamos
todos. Y hay un montón de gente que está por ahí, mirando, mirando,
mirándonos, en ese... FIN.-