ENTREVISTA ZAIDY HOSPITAL 5
Vieques Struggle: A Digital Video Archive

Juan Carlos Rodriguez

ZAIDY:
… ellos fueron los que arreglaron esa área…
-Sí, sí, era una presión ahí…
Ahí, claro, entonces a ellos los mandaban a otro sitio para que ellos no estuvieran frente, en el frente acá, esto… eh… que los vieran o que… Tú sabes, siempre trataban de tenerlos alejados, igual que cuando hacían las…
-¿A quién? ¿A los empleados viequenses? Los tenían alejados…
Los mandaban arriba a deshierbar, a cortar pasto, a arreglar las áreas, cosa de no tenerlos en el frente, porque ellos tenían los guardias, la security, que era de Vieques, pero como en la seguridad había empleados a favor de la Marina, pues, ellos sabían a quién seleccionar…
-Claro, veo, que ellos usaban un poco el empleo para…
Sí, claro, claro. La misma policía les daba servicios de 12 horas. Y era como poner gente de Vieques vigilando a Vieques. Uno no se podía hacer… y aunque estuvieran ahí, estuvieran a favor de nosotros, se tenían que mantener callados y tranquilos.

PREGUNTA:
Claro, claro, veo. ¿Alguna vez en la familia hubo debates por la situación del cáncer de tu nena y la base y…?

ZAIDY:
No, todo, yo creo que la más reacia que pudo haber estado en alguna ocasión era mi mamá. Porque mami tenía unas convicciones diferentes, esto… y como era testigo de jehová y ellos ya tienen una visión diferente de las cosas, pues, era la que podía estar un poquito y… llegó el momento… Ah, y otra cosa, que ella tenía como un resentimiento hacia los grupos independentistas porque ella dice que cuando ella era joven, esto… el padrastro era nacionalista y, pues, casi siempre, Juan Mari Bras y toda esa gente bien allá de los partidos, venían, y a ellos les daban como las mejores carnes y a ella la trataban… y ella siempre tuvo como esa… pero decirte que era algo, no era… ese sentimiento era por eso. Porque ella decía que era injusto que ellos vinieran a llenarse la pipa con la comida que a ellos les hacía falta. Porque para el papá, pues, era una visita tan especial, que él se desbordaba. Entonces, ¿quiénes sufrían las consecuencias? Y era básicamente por eso.

Pero siempre hubo ese resentimiento. Cuando yo empiezo a viajar y a hacer las presentaciones y eso, ella fue bajando la intensidad, porque ella sabía y ella me conocía que yo era como ella, que cuando yo creo en una cosa, creo en eso y voy hasta el fin del mundo.

PREGUNTA:
¿Tú te envolviste en la lucha cuando perdiste a tu nena o cómo fue ese proceso?

ZAIDY:
No, mi nena muere en el 97. Y esto empezó en el 99. Ya uno está… yo siempre fui rebelde y bueno, entendía algunas cosas que no debían estar pasando, pero no me envolvía, no, no me envolvía…

PREGUNTA:
¿Nunca relacionaste que la situación de tu nena…?

ZAIDY:
Sí, siempre, sí, siempre. Pero era mi… cuando empieza todo este… esta situación, yo estaba todavía como aparte. Pero cuando la Alianza necesitó… yo empecé a venir sola a todas las actividades que había. Yo estuve como… trabajé con el grupo del mismo campamento. Yo me visité todos los sitios, a ver dónde yo podía atender y servir y por cierta circunstancia… “no, estos me están imponiendo, así que yo no voy a estar aquí porque yo creo que me…”. Cuando voy y conozco a Judith, ahí me quedo. Porque me gustó la dinámica, conocí a Gladys que fue la otra fundadora y esto… entonces decidí quedarme en la Alianza. Empiezo y dentro de los trabajos que se le dieron a la Alianza, surge una propuesta que necesitaban una persona que trabajara, como Judith trabajaba y todo el mundo trabajaba, una persona que estuviera en lo que era la Casa Alianza coordinando todo lo que era la Casa Alianza. Se lo ofrecieron a Marta Meléndez, pero ella por su trabajo tampoco podía. Y ahí Judith habla conmigo y le digo “yo no tengo problema ninguno, tú ves cómo yo trabajo, y tú determinas”. Pero llegó el momento en que ella me dice: “Ay, Dios mío, si yo debiera haberte dicho de eso”. Porque yo le tenía una agenda y yo le coordinaba todo. Y lo que yo no podía hacer, pues yo se lo dejaba: “Mira, ya yo hice esto y esto, pero te toca esto porque si tú no lo haces…” Entonces, como le programaba todo y trataba, y sabía hacer cartas y un montón de cosas, pues, ella podía hacer su trabajo y solamente a veces venir a firmar y yo le hacía un recuento de lo que se había hecho. Yo llevaba una bitácora diaria y ella podía leer la libreta, que ya sabía qué era lo que había, tú sabes.

Y entonces ahí como que hicimos un… ay, Dios mío, un grupo tan, tan unido… entonces, lo otro que sucedió, que a veces la vida da vueltas… es que inauguran la sala de parto y el primero que nace es mi nieto. Mi único nieto varón. Entonces, habíamos preparado una canastilla para el primero y se la dan a mi nieto. Y yo decía: “Dios mío, esto es como, como… es una cosa…”. Dios es grande porque de verdad, Dios es grande. Y ahí, entonces cuando yo iba yo siempre decía que Zaida Torres la enfermera y Zaida Torres la que trabajaba en la Alianza eran dos cosas diferentes. Porque yo nací en esa, cuando yo entré a la Alianza, fue un nuevo nacimiento. Porque era una mujer más decidida, aunque de carácter fuerte, pero más decidida, esto… pues, determinada, que no sabía hablar con micrófono, pero después hablaba hasta por los codos, que… pues esas cosas, que entonces empecé a sacar mis ideas y mis preocupaciones, tú sabes, muy diferente, muy diferente.

PREGUNTA:
Quería preguntarte un poco por el proceso de, de… cómo fue el proceso de, tú sabes, en el año 97 batallas con tu nena, cómo ese proceso de recuperarte, de salir adelante, un poco, ¿cómo lo sentiste?

ZAIDY:
Mi nena se enfermó en el 95. En el 95 era simplemente, en ese caso, mi hijo mayor se casa miércoles. Jueves, estuvimos limpiando la casa, todo el revolú, qué sé yo, solo limpiar porque fue una boda sencilla. Y viernes por la mañana, ella amanece con un dolor epigástrico. Y yo, bueno, como yo tengo conocimiento, yo le hice el azúcar, porque ella era diabética juvenil, le hice el rebote para saber si era apéndice, le hice cuanta cosa hay, le cogí temperatura para ver si tenía fiebre. Le digo: “Mamita, yo no sé qué es lo que tú tienes, así que lamentablemente…”. Eso fue como a las cuatro de la mañana. “Nos tenemos que ir para el hospital porque yo no te puedo dejar aquí”. Nos fuimos, me atendieron muy bien. Esto… enseguida la evaluaron, le mandaron laboratorio, cuando le hacen los laboratorios, las plaquetas estaban por las nubes… no, las plaquetas estaban bajitas y los blancos estaban altos. Pero lo alto que estaban los blancos, era alarmante, pero no, no para pensar que fuera una leucemia. ¿Qué pasa? Que la dejan en observación, le dan algo para el dolor, el dolor no cede, y por la tarde a las cuatro, le habían repetido el laboratorio, los blancos ahora sí que estaban sobre 30.000 y las plaquetas seguían bajando. Entonces, ¿qué pasa? Le mandaron a poner un Valium para el dolor y yo le dije al…