… en el 85 (no se entiende) porque en Vieques no había trabajo. Sin embargo, yo como veterano ingeniero pude conseguir trabajo en Ceiba. Y cuando yo fui de nuevo les dije “yo trabajo como ingeniero”… “Qué, no hay nada…” Vine de regreso a Vieques (no se entiende) me dijo “muchacho, tienes un doctorado aquí en matemáticas, yo te necesito para la escuela”. Y me metí en la escuela. Y un año completé de 18 créditos que era la metodología. ¿Pero qué es la metodología? El trato con los estudiantes. Cuatro reglazos y que aprendan. Si te mandan para el carajo, no le hagas tampoco nada porque si los miras mal te metemos preso. Así estamos viviendo, pues, hoy en día…
¿Tú crees que yo creo en la justicia de Puerto Rico, esos jueces? ¿Cuántos no están vendidos? Esos no creo que protejan… ¿cuántos estudiantes yo no llevé a los tribunales y Legal Aid le pagaba por la defensa del muchacho? Se me acercaba el abogado y me decía: “Es que son unos hijos de puta, pero es que hacen falta”. ¿Faltita? Son los que mañana te pueden matar. ¿Dónde están hoy en día? Muertos, se han muerto por ahí. Otros andan con grillete, otros están en la cárcel. Porque árbol que sale torcido, si a tiempo tú no lo enderezas, no lo enderezas. Ese es el problema. A estos solo les conviene que nos matemos. Para apoderarse de Vieques. Y a Vieques no lo van a soltar. En las maniobras no están tirando bombas, pero aquí hay un radar que se comunica con Estados Unidos y con Arecibo. Ahí tienen un laboratorio, donde yo me crie, en la falda, arriba de la loma, en el cerro El Buey, ahí está el laboratorio de ellos. Pero te tratan con migajas. Compran conciencias.
PREGUNTA:
Y una pregunta, cuando la Marina se va en el 2003, ¿había esperanzas de que iba a cambiar Vieques?
GOYITO:
Los mayores teníamos la esperanza de que iba a ser mejor.
PREGUNTA:
¿Y qué sucedió después…?
-Porque…
Ah, bueno, dígame primero lo de la esperanza, sí…
GOYITO:
No hay peor cuña que la de su propio palo. El gobierno de Puerto Rico… estas ratas de la mayoría de políticos, te ofrecen, te hacen promesas, y después que te agarran el voto, pero después de (no se entiende), te jodiste. Y vives tan pobre como vivías antes. Eso es lo que está pasando. Y aquí hay muchas cosas que empiezan a salir de otros alcaldes anteriores al que está ahora, vendiendo terrenos por debajo de la mesa. ¿Conoces a Manuel Silva? ¿Leíste el último reporte de Manuel Silva?
-No…
Te lo voy a regalar. Es Dámaso Serrano, el alcalde de aquí, flamante. Ese me engañó a mí, Gregorio Feliciano Castillo. En la parte oeste de Vieques aquí, hay unos edificios donde yo solicité para crear empleo para educación intermedia y superior. Hay un edificio que es de tres áreas. Uno era el de P.S., de vender cosas de militares y esas cosas, el comedor, y la parte que queda, la parte de atrás. Hay, en la segunda planta, hay 48 cuartos para poner literas, que son 96 literas que podían poner ahí. Y se me prendió la luz: aquí los muchachos de escuela intermedia y superior no tienen trabajo. Esos niños, para sacarlos de la calle, no tienen que robar ni pedir. En los días libres, que ellos no se unen en grupo, para reciclar todo Vieques, y que limpien a Vieques y sacar el salario para esos muchachos de eso ahí. Porque esas 96 literas que se pueden poner ahí, se les podía cobrar precio módico para que… ahí está, en la parte alta de Vieques, ahí. Donde está la capilla ahí, donde hay un montón de edificios, ahí mismito. Hacer un comedor, donde vender efectos de (no se entiende) y hospedería. Dámaso Serrano lo quería para un hospedaje. Ese hospedaje está perdido ahí, está perdido. Ese es otro ganso también. Dámaso Serrano es un ganso. (no se entiende) “Tú me engañaste a mí…” “Yo no”… Aquí los políticos, muchacho…
-Pues, déjeme, si quiere, tendría que terminar aquí de… ¿quiere que terminemos la firma primero y…? Vamos, si quiere, deme el teléfono…